Reclusa denuncia presunto abuso sexual e intento de aborto forzado en cárcel de Medellín

Una grave denuncia de abuso sexual y presunto intento de aborto forzado sacude al sistema penitenciario colombiano. Según el testimonio revelado por la revista Semana, Andrea Valdés, una reclusa de 30 años, denunció haber sido violada por dos guardias del Inpec en la cárcel El Pedregal de Medellín.

Según la información publicada, los hechos habrían ocurrido el 12 de junio de 2024, cuando dos guardias presuntamente abusaron sexualmente de Valdés en el interior de la prisión. Como consecuencia de estas agresiones, la mujer quedó embarazada.

“A medianoche ingresó un tipo sin chaqueta (...) cuando de repente me coge del brazo, me tira al planchón y me baja el pantalón de la pijama”. La mujer intentó con gritos y empujones detenerlo, pero no lo logró: “Me empezó a gritar como un psicópata: ‘cállese, sapa’. Hay (sic) me penetra”, relató a un psicólogo de la cárcel El Buen Pastor, en Bogotá.

La víctima comentó que sufrió de un intento de aborto forzado con medicamentos sin su consentimiento, además de amenazas contra su vida por parte de los guardias Cristian Camilo Torres Alvarado y Diego Castaño Sánchez, quienes serían los presuntos responsables. 

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Tras la denuncia, la Fiscalía y la Procuraduría han iniciado investigaciones. La Corporación Mujeres Libres ha respaldado a Valdés en su proceso de denuncia, mientras que el Ministerio de Justicia ha rechazado hasta ahora su solicitud de protección.

A principios de marzo, se envió una carta desde la oficina de abogados Alzate Hernández, defensa de Andrea Valdés, a la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, pidiéndole que se tomen medidas urgentes con el fin de proteger su vida y evitar el inminente riesgo que significa seguir custodiada por el Inpec.

Al respecto, en documento firmado por la Ministra, se expoone que “no le compete brindar asistencia judicial a las personas privadas de la libertad, ni coadyuvar sus solicitudes de subrogados penales”.

Actualmente, Andrea Valdés permanece recluida en la cárcel El Buen Pastor en Bogotá, esperando que un juez considere su solicitud de prisión domiciliaria, dados los riesgos para su vida y la de su hijo en gestación.

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