Colombia retrocede en el índice de democracia, según The Economist

El prestigioso semanario británico The Economist publicó su informe anual sobre el estado de la democracia en el mundo, en el que clasifica a los países según cinco criterios: procesos electorales y pluralismo, funcionamiento del gobierno, participación política, libertades civiles y cultura política. Según este índice, Colombia bajó dos puestos con respecto al año anterior y se ubicó en el puesto 55 entre 165 estados independientes, con una puntuación de 6,55 sobre 10. Esto significa que el país sigue siendo considerado como una "democracia defectuosa", es decir, una democracia que presenta debilidades en el respeto de los derechos políticos y las normas democráticas.

El informe señala que Colombia enfrenta varios desafíos para consolidar su democracia, entre ellos el conflicto armado interno, la polarización política, la corrupción, la desigualdad, la violencia social y la crisis sanitaria por la pandemia de covid-19. Estos factores han afectado negativamente el funcionamiento del gobierno, la participación política, las libertades civiles y la cultura política. El único aspecto en el que Colombia obtuvo una calificación alta fue en los procesos electorales y el pluralismo, que reflejan la existencia de elecciones libres y competitivas, así como la diversidad de partidos y opiniones.

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El informe también compara la situación de Colombia con la de otros países de América Latina y el Caribe, una región que experimentó su octavo descenso consecutivo en el índice de democracia, con una puntuación promedio de 5,68. Dentro de la región, Colombia se sitúa por debajo de países como Uruguay, Costa Rica, Chile, Trinidad y Tobago, Jamaica y Panamá, que son catalogados como "democracias plenas" o "democracias con falencias". Por el contrario, Colombia supera a países como Argentina, Brasil, Perú, México, Ecuador, Bolivia, Paraguay, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Haití, Cuba y Venezuela, que son clasificados como "democracias defectuosas", "regímenes híbridos" o "regímenes autoritarios".

The Economist concluye que la democracia en el mundo está en crisis y que la pandemia ha exacerbado las tendencias autoritarias y populistas que amenazan los principios y valores democráticos. Sin embargo, también destaca que hay signos de esperanza y resistencia, como las protestas sociales, las movilizaciones ciudadanas, las iniciativas de transparencia y rendición de cuentas, y el surgimiento de nuevos liderazgos y propuestas políticas. En este sentido, el informe invita a los países a fortalecer sus instituciones, a promover la participación y la inclusión, a proteger los derechos humanos y a fomentar una cultura democrática que garantice la convivencia pacífica y el desarrollo sostenible.

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