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Alias Andrea revela detalles del atentado contra Miguel Uribe Turbay: “Me pagarían si el senador moría”
Delató plan criminal y fuga tras el ataque.

En el marco de la investigación que adelanta la Fiscalía General de la Nación sobre el atentado armado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el 7 de junio en el barrio Modelia de Bogotá, se conoció el testimonio de Katherine Andrea Martínez, alias Andrea o Gabriela, una joven de 19 años capturada en Florencia (Caquetá), señalada de participar en la ejecución logística del ataque.
Su declaración, rendida en diligencia formal ante fiscales del caso y divulgada por Semana, expone los detalles operativos del atentado, el papel de cada integrante del grupo involucrado, el origen del arma empleada, los vínculos con estructuras armadas ilegales y la ruta de fuga posterior al hecho.
Según el relato de Martínez, el día del ataque fue citada en el parque El Golfito, en Modelia, hacia las 2:30 p. m., donde se encontró con Elder José Arteaga, conocido con el alias de “el Costeño”, señalado de ser el cabecilla de la célula encargada de coordinar el atentado.
Elder empezó a hablar del arma. Que esta arma venía del extranjero y que era una Glock, que había costado como 15 o 20 millones de pesos, que era un juguetote. Además, Elder le dice: ‘Todos a la cabeza’. El muchacho (menor de edad) le dice: ‘Le voy a dar uno o dos en la cabeza y me voy’”, reveló Katherine Andrea en su declaración.
Elder le dice al muchacho que no fuera a oprimir nada, porque ya se le había programado (el arma) para que disparara seguido, no tiro a tiro, sino seguido, como en ráfaga. Ahí le pasa el arma al muchacho, le dijo que se la guardara en el pantalón y que no oprimiera nada. Elder le dijo que solo la tocara cuando la fuera a utilizar en el parque”, se lee en la declaración de alias Andrea.
El cabecilla le dijo al sicario adolescente que tenía cinco minutos para “descargarle el proveedor en la cabeza y escapar”. Luego, Carlos Eduardo Mora, el conductor venezolano, le hizo varias recomendaciones al menor.
Ahí Elder le dijo: Dios lo bendiga”. Esas fueron las últimas palabras que, según Katherine Andrea, cruzó Elder José Arteaga, alias el Costeño, cabecilla del plan asesino y pendiente de capturar, con el menor de edad que le disparó a Miguel Uribe Turbay.
Junto a ellos se encontraba un ciudadano de nacionalidad venezolana, identificado como Carlos Eduardo Mora, quien conducía un vehículo marca Chevrolet, línea Spark, de color gris oscuro, y un adolescente —hoy aprehendido—, a quien se le atribuye la ejecución directa del disparo contra el congresista.
Dentro del automóvil, según la testigo, se ultimaron los detalles de la acción armada. El cabecilla entregó al menor una pistola tipo Glock, calibre 9 milímetros, previamente modificada para disparo en ráfaga.
Arteaga habría indicado que el arma era de procedencia extranjera y su valor estaba entre 15 y 20 millones de pesos.
También instruyó al menor para dirigir los disparos a la cabeza del objetivo, asegurando que debía impactarlo en al menos tres oportunidades y que, si era necesario, debía vaciar el cargador.
Según la declaración de la joven capturada, el menor respondió que realizaría el disparo y escaparía de inmediato.
El testimonio también describe la preparación previa. Arteaga recomendó al menor cambiar su indumentaria antes del ataque para dificultar la identificación por cámaras de seguridad.
Se le indicó dejar el celular en el automóvil y se insistió en que no manipulara el arma hasta encontrarse frente al objetivo.
De acuerdo con la Fiscalía, el grupo tenía conocimiento de la presencia de la escolta del congresista y de miembros de la Policía en la zona.
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La versión de alias Andrea sugiere que el adolescente fue enviado sin saber que el plan podría derivar en su propia muerte, dado el nivel de exposición frente al esquema de seguridad.
Martínez también detalló que alias “el Costeño” ya la había vinculado con anterioridad en operaciones similares, incluyendo el transporte de armas y explosivos en Bogotá.
En una ocasión, se le pidió alojar temporalmente una bomba con la finalidad de atentar contra un firmante del acuerdo de paz, residente en un conjunto del sector Las Américas. Asegura que se negó a dicha solicitud al pretender alejarse de la organización.
Tras el ataque, y en medio de la confusión generada por los disparos, Arteaga y la joven se desplazaron entre la multitud, observaron la detención del menor y posteriormente abandonaron el lugar.
Se dirigieron al centro de la ciudad, donde compartieron bebidas alcohólicas. La mujer señala que su compensación económica dependía del desenlace del atentado: si el senador fallecía, recibiría diez millones de pesos; en caso contrario, el pago sería entre 600.000 y 700.000 pesos, según lo pactado.
Posteriormente, y aún sin conocerse el estado de salud del congresista, Arteaga le manifestó la necesidad de eliminar a los participantes del plan para “quitarse la cola”, es decir, borrar todo rastro humano que pudiera delatar la operación.
En esta lista, según lo expuesto por Martínez, estaban primero el conductor venezolano, luego el menor y finalmente ella misma. Pese a haber escuchado esto, la mujer continuó acompañando a Arteaga, quien le recomendó desplazarse a Florencia, Caquetá, donde fue capturada por la Policía el 14 de junio, ocho días después del atentado.
Durante el procedimiento de captura, las autoridades hallaron en su poder una suma de 1.100.000 pesos, un teléfono móvil y una navaja.
La orden de detención había sido emitida días antes tras una labor de seguimiento y recolección de evidencia. Al momento de la notificación, según consta en el acta, la joven perdió el conocimiento.
El testimonio de alias Andrea ha sido incorporado al expediente como prueba clave dentro del proceso de judicialización.
Con esta declaración, la Fiscalía avanza en la identificación de los mandos superiores dentro de la organización responsable del atentado y busca establecer si existen vínculos con estructuras armadas ilegales, como disidencias de las antiguas FARC u otras agrupaciones con presencia en zonas urbanas del país.
Además, investiga si la operación tuvo motivaciones políticas, económicas o fue parte de una estrategia de presión violenta contra figuras públicas.
Miguel Uribe Turbay continúa en proceso de recuperación tras el ataque, el cual ocurrió en el marco de una actividad de campaña y contacto ciudadano en espacio público.
Las autoridades mantienen bajo reserva otros elementos del caso mientras se desarrollan diligencias adicionales de verificación y recolección de pruebas.
La Fiscalía ha reiterado que el menor de edad aprehendido ya se encuentra bajo medida de aseguramiento y que su proceso avanza de forma paralela. Sobre alias “el Costeño”, las autoridades continúan con el operativo de búsqueda para lograr su captura y ponerlo a disposición de la justicia.
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