Un espaldarazo a la participación en campeonatos de fútbol por parte de las mujeres acaba de dar la Corte Constitucional. Acaba de fallar una tutela que obliga al reconocido campeonato Pony Fútbol a que en el próximo torneo permita que una niña de 10 años cuyo equipo había sido expulsado del campeonato el año pasado por tener en sus filas a una mujer, integre de nuevo el club y compita.
Al tutelar el derecho a la igualdad el máximo tribunal constitucional consideró que María Paz Mora Silva fue discriminada por su género y de esta manera el torneo desconoció derechos fundamentales de la menor cuya expulsión no tuvo relación con su rendimiento deportivo. De igual forma, la Corte desestimó los argumentos de los organizadores del torneo quienes consideraron que el equipo Dinhos que participaba en la categoría Sub-10 fue sancionado y excluido del campeonato por una inscripción irregular de la menor en un equipo que según el reglamento debía estar conformado por niños.
Con ponencia del magistrado Alberto Rojas Ríos, el fallo de tutela constituye un precedente en el reconocimiento de género en el balompié. De igual manera, representa un estímulo para las niñas y mujeres que en los últimos años han emprendido una lucha por afianzar la práctica de este deporte, a través de la Selección Colombia, que acaba de ganar la medalla de oro en los Juegos Panamericanos, la creación de la liga profesional femenina y el mejoramiento de las condiciones laborales en inferioridad frente a los hombres.
El conflicto surgió en octubre del año pasado en el seno del reconocido torneo Pony Fútbol. Un semillero de futbolistas destacados de donde salieron James Rodríguez o Juan Fernando Quintero, entre otros. Para ese evento, junto con varios equipos participó el equipo Dinhos, integrado por 18 futbolistas infantiles, entre los que apareció inscrita Maria Paz Mora Silva, quien asumió la posición de arquero.
Así las cosas se inició la competencia. El conjunto de la menor empezó a obtener resultados significativos. De hecho ganó sus tres primeros partidos y pasó a la siguiente ronda del torneo. Precisamente una de las figuras del equipo fue María Paz, quien se empezó a convertir en referente futbolístico del evento y los elogios de los aficionados y la prensa deportiva.
Entonces, con el notorio éxito vinieron las recriminaciones y presiones. De un lado de los competidores afectados y por otro de sus allegados que se resistían a ser derrotados por un equipo mixto. En este contexto, lo que no se pudo lograr en la cancha lo lograron en el escritorio.
Sorpresivamente, cuando el equipo Dinhos, luego de pasar la fase de grupos se preparaba para jugar un partido definitivo, llegó la mala noticia. El combinado infantil fue sancionado por el comité disciplinario del campeonato por la inscripción irregular de la menor. El argumento esencial del órgano de control del evento fue que allí no se contempló la participación de mujeres o equipos mixtos y por ello fue descalificado.
De inmediato, empezaron las protestas. La primera fue su madre María Fernanda Silva, quien elevó una petición para que se modificara el reglamento del Pony Fútbol a fin de que la categoría Sub-10 fuera mixta. “Hoy alzo la voz por mi María Paz, hoy alzo la voz por sus otros 17 compañeros de equipo, por eso amigos les pido que se unan a nuestra causa, ayúdenme a mostrarle a la Liga Pony Fútbol y a la Difutbol que en el deporte todos cabemos, que en el fútbol no hay discriminación, que cuando somos pequeños no importa jugar niños con niñas, lo único que importa es jugar”. Una petición que a la fecha ha sido firmada por 30.168 personas.
A su vez, otro de sus familiares también elevó su protesta y también solicitó la revisión del reglamento ratificando el concepto de discriminación de la menor. Lo cierto es que el caso generó un debate a nivel nacional.
Ante los hechos, el patrocinador del campeonato, la empresa Bavaria, respondió con un comunicado. “En calidad de patrocinador de este torneo, Pony Malta lamenta el error cometido por los organizadores, al no detectar en el tiempo oportuno la conformación de un equipo mixto que no estaba considerado en el reglamento aprobado por los entes rectores del fútbol mundial y nacional”, señaló la compañía.
De igual forma, la firma cervecera informó que dicho torneo tiene dos categorías femeninas y masculinas, ratificó que se trata de espacios que contribuyen al desarrollo equitativo y en estándares y exigencias de talla mundial. También expresó que promovería iniciativas para crear categorías mixtas en torneos aficionados oficiales.
No obstante, a las precisiones de la organización y los patrocinadores, los familiares de la menor acudieron a la justicia e interpusieron una acción de tutela ante un juez. Como lo explicó María Ximena Dávila, investigadora de la organización de justicia, mediante este mecanismo de amparo constitucional, el padre de la menor solicitó que la Liga de Fútbol de Bogotá, la Difútbol y la Dimayor repararan los perjuicios causados a María Paz y su equipo. El caso llegó a un juez que no tuteló los derechos de la futbolista.
En consideración de Dávila, la Corte debe reconocer que la niña fue discriminada por su género, pues al momento en que ella y su equipo fueron aceptados y avalados por el torneo no podían luego expulsarlos.
La tutela fue seleccionada en la Corte Constitucional y en las últimas semanas se generó un debate jurídico al interior de la corporación. La discusión llegó a su fin, con algunos reparos de los magistrados, entre ellos, Carlos Bernal, quien acogió parcialmente los argumentos del ponente, pero precisó que la determinación no podía ser retroactiva porque afectaría los derechos adquiridos de los ganadores del torneo.
Según registros de Creare Ltda, hace unos meses se lanzó un campeonato que ha contado con la participación de más de 37.000 niños y niñas, entre los 8 y 12 años que tiene como aliados a la Dimayor, la Difútbol y Pony Malta. Hoy la justicia le devuelve a María Paz Mora su derecho a participar en igualdad de condiciones con los niños, el anuncio oficial se dará dentro de poco.