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Contralor general encargado nombra como delegado en salud a funcionario con procesos fiscales pendientes

Julián Niño Carrillo, exgerente del Hospital Universitario de Santander, HUS, y sus polémicos antecedentes denunciados por veedurías.

CONTRALOR Y EXGERENTE HOSPITAL
Por Agencia Periodismo Investigativo | Lun, 06/05/2024 - 12:18 Créditos: Montaje hecho por API

El reciente nombramiento de Julián Niño Carrillo, exgerente del Hospital Universitario de Santander (HUS), como nuevo contralor delegado para la salud en la Contraloría General de la República, CGR, ha desatado una serie de críticas y controversias. 

Niño Carrillo, quien asumió el cargo apenas quince días después de finalizar su segundo período al frente del HUS, fue designado en una ceremonia presidida por Carlos Mario Zuluaga, actual Contralor General encargado.

Este nombramiento ha levantado suspicacias entre diversas veedurías ciudadanas, quienes cuestionan la idoneidad de Niño Carrillo para el puesto debido a investigaciones fiscales pendientes que involucran su gestión previa. 

Según reportes de la Función Pública, el nombramiento se realizó el 16 de abril, lo cual ha añadido tensión al debate público sobre las capacidades y la integridad de los funcionarios en cargos de alta responsabilidad.

La Veeduría Especializada en Recursos y Contratación Pública del Magdalena Medio ha sido particularmente crítica al respecto. 

El director de esta veeduría, Carlos Iván Miranda, ha declarado que Julián Niño está legalmente inhabilitado para ocupar el cargo de contralor delegado para la salud. 

Miranda argumenta que existen procesos de responsabilidad fiscal activos en la Contraloría Departamental de Santander contra Niño Carrillo, además de investigaciones disciplinarias y penales relacionadas con presuntos sobrecostos en contratos gestionados durante su administración de más de ocho años en el HUS en Bucaramanga.

El entorno de Niño Carrillo ha defendido su trayectoria, destacando sus logros administrativos en el HUS y su capacidad para manejar asuntos de gran complejidad fiscal y administrativa. Sin embargo, las críticas no cesan y se plantean serias dudas sobre la transparencia y la ética de su nombramiento.

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Los cuestionamientos 

Y es que la ESE Hospital Universitario de Santander, considerado el más grande del oriente colombiano, se encuentra bajo la lupa desde finales de 2023 tras denuncias de corrupción que han llegado a la Fiscalía y otros entes de control. 

El hospital gerenciado por Edgar Julián Niño Carrillo durante los últimos ocho años, ha acumulado cientos de reproches que se evidencian en un informe de 153 páginas, paradójicamente de la misma Contraloría General de la República a la que Niño Carrillo llegó hace dos semanas.

El informe examina la administración del hospital hasta el primer trimestre de 2023, ha identificado 21 hallazgos administrativos que podrían tener incidencias disciplinarias, penales y fiscales. 

Las irregularidades mencionadas incluyen sobrecostos en medicamentos e insumos y contratos adjudicados sin cumplir con los requisitos necesarios, algunos de los cuales ascienden a más de 32.000 millones de pesos sin liquidar desde 2012.

Fuentes confidenciales, que han preferido mantenerse anónimas por motivos de seguridad que en su momento fueron verificadas por Blu Radio, indican que se exigían coimas de hasta el 20% por contrato adjudicado y entre el 5% y el 10% del salario de cada contratista. 

Estos contratistas, a menudo, eran seleccionados más por su afinidad política que por su competencia técnica, reduciendo así la calidad del personal del hospital.

A pesar de las múltiples señales de alerta en años anteriores, con 19 hallazgos entre 2016 y 2018 y 18 en los dos años siguientes, la comunidad de Santander teme que las autoridades no actúen con la suficiente determinación. 

La Contraloría General envió un oficio a la Procuraduría General de la Nación el pasado 7 de diciembre, aclarando que su informe es aún preliminar y que la revisión del caso ha sido delegada al sector Justicia.

La situación es aún más delicada debido a que Edgar Julián Niño es hermano de Mauricio Niño, un conocido comercializador de licores en Santander, un sector cuyos impuestos están directamente vinculados al financiamiento de la salud en el departamento. Hasta que la Contraloría General divulgue su informe definitivo, el gerente Niño ha decidido no hacer declaraciones públicas.

 

 

 

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