Gustavo Petro envió mensaje a disidencias de Iván Mordisco antes de instalación de mesa de negociación

El ambiente es de cautelosa esperanza en Tibú, un municipio ubicado en el Norte de Santander, donde se escribe un nuevo capítulo en la historia de Colombia. El Presidente Gustavo Petro está preparado para instalar la mesa de diálogos con las disidencias del Estado Mayor Central de las FARC, EMC Farc, lideradas por Iván Lozada, alias Iván Mordisco.

Un ambiente de tensión marcó los días previos, rememorando el primer intento fallido del 8 de octubre, donde desacuerdos no resueltos resultaron en un aplazamiento. Sin embargo, el mandatario mostró su optimismo y firmeza en un mensaje dirigido a EMC Farc, instando a "la máxima responsabilidad" de todos los combatientes. Petro subraya la significancia histórica de este diálogo, una oportunidad para que Colombia refrende su compromiso con la paz.

El escenario del histórico evento es el club El Barquito, distinto al coliseo Polideportivo donde se esperaba la instalación de la mesa el pasado 8 de octubre. Esta vez, Petro y las disidencias parecen decididos a sellar el inicio del cese al fuego bilateral y avanzar en las cruciales negociaciones de paz.

La semana de espera no estuvo exenta de desafíos. La suspensión de acciones ofensivas se vio empañada por el asesinato del soldado profesional Dinolberto León Martínez, lo que encendió acusaciones cruzadas entre el Ejército Nacional y el EMC Farc. Un clima de desconfianza se cernió, amenazando la frágil tregua.

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A pesar de los obstáculos, Camilo González Posso, jefe de la delegación de paz del Gobierno Nacional ante el EMC Farc, expresó su confianza en que la instalación de la mesa de diálogos consolidará los acuerdos preliminares. 

El funcionamiento del mecanismo de monitoreo y verificación, el papel de los garantes internacionales y los lineamientos de la agenda de conversaciones serán elementos claves en discusión.

Las demandas del EMC Farc para el reconocimiento de campesinos, indígenas e insurgentes como sujetos políticos interlocutores en la mesa de diálogo resaltan la complejidad y la profundidad de las conversaciones por venir. La nación, y el mundo, observan con la respiración contenida, anhelando que este nuevo amanecer traiga una paz duradera a la tierra colombiana.

La máxima responsabilidad y compromiso de todas las partes interesadas es esencial, no solo para avanzar en las conversaciones, sino para garantizar que la visión de una Colombia marcada por la vida y la paz se realice plenamente. 

El Presidente Petro lo resumió mejor en su mensaje, subrayando que “Colombia para ser vida tiene que ser Paz. VIDA Y PAZ es la consigna”. El conflicto, insiste, se soluciona hablando, un eco de la creencia universal en la diplomacia y el diálogo como pilares de la resolución de conflictos.

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