Publicidad

 
Publicidad

¿Quién es María Corina Machado? Del conteo ciudadano a nuevo Premio Nobel de Paz

La ingeniera venezolana María Corina Machado, fundadora de la organización cívica Súmate y referente de la oposición a Nicolás Maduro, obtuvo el Premio Nobel de la Paz 2025 por su defensa sostenida de los derechos políticos.

Maria Corina Machado en medio de prostestas en Venezuela
Por Agencia Periodismo Investigativo | Vie, 10/10/2025 - 07:19 Créditos: Maria Corina Machado en medio de prostestas en Venezuela. Tomada de X: @MariaCorinaYA

La historia pública de María Corina Machado Premió Nobel de Paz, arranca antes de su salto a la arena electoral. Nacida en Caracas el 7 de octubre de 1967, cursó Ingeniería Industrial en la Universidad Católica Andrés Bello y una maestría en finanzas en el IESA.

En 2002 cofundó, junto con Alejandro Plaz, Súmate, una asociación civil de observación y educación electoral que organizó la recolección de firmas para el referendo revocatorio de 2004.

Ese mismo activismo derivó en procesos penales por “conspiración y traición” tras revelarse apoyos de la National Endowment for Democracy (NED); existen documentos de subvención fechados en 2003.

La proyección internacional llegó con un episodio polémico: el 31 de mayo de 2005 fue recibida en la Casa Blanca por el presidente George W. Bush, un gesto que agudizó el choque con el chavismo y alimentó acusaciones en su contra en la arena doméstica.

En 2010 ganó una curul a la Asamblea Nacional por el estado Miranda. Su ruptura con el oficialismo se expresó en foros multilaterales: en marzo de 2014 intervino ante la OEA como representante alterna de Panamá; a la semana, la Asamblea la despojó de su investidura y el Tribunal Supremo de Justicia ratificó la medida. La decisión cerró de facto su primer ciclo legislativo y la dejó expuesta a procesos judiciales.

A partir de 2014 consolidó Vente Venezuela como plataforma liberal opositora. En 2023 arrasó en la primaria presidencial de la oposición, pero una inhabilidad administrativa—ratificada por la Sala Político-Administrativa en enero de 2024—le impidió inscribirse para los comicios del 28 de julio de 2024.

Primero promovió a Corina Yoris y luego a Edmundo González Urrutia como relevos. Tras la elección, denunciada por irregularidades y acompañada de detenciones y represión, González salió del país; Machado se refugió en la clandestinidad por razones de seguridad.

El contexto de derechos humanos fue determinante en la narrativa que rodea su trayectoria: informes de 2024 y 2025 documentaron centenares de presos políticos, detenciones incomunicadas y restricciones severas al espacio cívico. Ese cuadro sirvió de telón de fondo a la decisión de Oslo.

Este 10 de octubre de 2025, la Academia Nobel atribuyó a Machado el galardón “por mantener encendida la llama democrática en medio de una creciente oscuridad”, destacando que su estrategia fue organizada y no violenta, centrada en elecciones, verificación ciudadana y presión institucional.

Lea también: (Así funciona el pico y placa en Bogotá este viernes 10 de octubre de 2025)

La ceremonia de entrega se realizará el 10 de diciembre en Oslo. El reconocimiento coronó una cadena previa de distinciones: en septiembre de 2024 recibió el Premio Václav Havel de Derechos Humanos del Consejo de Europa; ese mismo año fue mencionada en debates del Parlamento Europeo sobre Venezuela. La cronología de premios consolidó su perfil como figura de resistencia civil.

En el plano programático, Machado ha defendido la apertura económica, la autonomía del Banco Central, privatizaciones selectivas—incluida PDVSA—y redes de protección focalizadas para población vulnerable. Sus planteamientos han suscitado apoyos y también críticas por su origen de élite y por posturas firmes frente al chavismo; no obstante, su narrativa se ha estructurado en torno a elecciones libres, reinstitucionalización, justicia transicional y retorno masivo de migrantes.

La concesión del Nobel llega con Venezuela sumida en una crisis prolongada: contracción económica acumulada, migración superior a siete millones de personas y restricciones a libertades públicas, según organizaciones internacionales.

En ese escenario, la figura de Machado queda asociada a una táctica de presión no violenta y a la reorganización de la oposición en torno a estándares de integridad electoral observables.

Más allá del premio, su biografía ilustra dos constantes: la apuesta por mecanismos de conteo ciudadano y la disposición a pagar costos personales—incluidos expedientes penales, estigmatización y el tránsito a la clandestinidad—por sostener una estrategia de cambio por la vía democrática.

Esa continuidad explica por qué, dos décadas después de Súmate, su nombre quedó inscrito en el registro histórico del Nobel de la Paz.

Otras noticias

 


 

Etiquetas