Testigo clave empieza a desenredar asesinato de empresario Hernán Roberto Franco

Un ambicioso proyecto empresarial que involucraba una página de citas y contenido para adultos emerge como el telón de fondo del crimen del destacado auditor Hernán Franco, cuyo cuerpo fue hallado cerca del Parque de la 93. Detalles obtenidos por Semana revelan la trama que rodea su asesinato.

El individuo que se presentó en la clínica y en el velorio de Franco, exhibiendo signos de nerviosismo según testigos, mantenía lazos más profundos con la víctima de lo que se creía inicialmente. 

Ambos eran socios en un lucrativo proyecto que abarcaba una plataforma virtual destinada a citas y contenido adulto. Se estima que Franco invirtió la considerable suma de 2.000 millones de pesos en esta empresa.

Según declaraciones recabadas, el sospechoso dirigía una empresa de sistemas y colaboraba en el desarrollo del sitio web, siendo Franco un inversionista clave. 

Este último había obtenido un préstamo de 2.000 millones de pesos de uno de los herederos de El Arrozal, empresa a la cual Franco prestaba servicios, lo que lo vincula indirectamente con la investigación del crimen.

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El proyecto en cuestión contemplaba no solo citas en línea, sino también contenido explícito, con mujeres de nacionalidades china y rusa como anfitrionas. 

La inversión millonaria estaba respaldada por pagarés y un libro detallado del proyecto, ahora en manos de las autoridades.

Los desacuerdos sobre las inversiones aparentemente agriaron la relación entre Franco y su socio, llegando al punto en que Franco propuso vender un apartamento en Santa Marta para saldar una deuda millonaria y continuar con el proyecto en solitario, valorado en más de un millón de dólares según testimonios.

El sospechoso, identificado como otro miembro de la familia Romero, se ve envuelto en una trama compleja. Además de ser mencionado como el último en hablar con Franco antes de su asesinato, también habría amenazado a Pedro Bastidas, accionista mayoritario de El Arrozal, por supuestas irregularidades en la venta de acciones de la empresa.

Los desencuentros entre Franco y sus clientes, incluyendo a Jonathan Romero, evidencian una relación tensa, marcada por discusiones y amenazas, según relatos divulgados.

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