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Radican acción popular para suspender conciertos en el nuevo escenario Vive Claro
La iniciativa legal busca frenar los espectáculos tras denunciar presuntas irregularidades en el contrato de arrendamiento del predio.

Este 27 de julio está programado el primer concierto en el nuevo escenario Vive Claro en Bogotá, pero una acción popular radicada por líderes políticos y ciudadanos busca frenar los próximos eventos. La demanda fue presentada ante el Juzgado Administrativo de Bogotá el viernes 25 de julio por la concejal Quena Rivadeneira y la edilesa de Teusaquillo, Mónica Naar Pardo.
La acción legal argumenta que hubo irregularidades en la firma del contrato de arrendamiento de los lotes 15 y 16 del Parque Metropolitano Simón Bolívar. Según los demandantes, el acuerdo no cumple con las exigencias legales de licitación pública o conformación de una asociación público-privada, como lo establecen las leyes 80 de 1993 y 1508 de 2012.
El contrato firmado el 28 de noviembre de 2023 otorga a Ocesa el uso exclusivo de 249 mil metros cuadrados de espacio público por cinco años, a cambio de un canon mensual de $361 millones. Durante ese periodo, la empresa puede realizar espectáculos masivos, subarrendar espacios y construir estructuras temporales.
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Los demandantes aseguran que este acuerdo vulnera derechos colectivos como la moralidad administrativa, la libre competencia y la planificación urbanística. Desde Ocesa, sin embargo, la abogada Catalina Hernández señaló que las estructuras son desmontables y que no requieren licencia de construcción, ya que cada evento debe tramitar su permiso individual a través del sistema SUGA del Distrito.
El contrato ha sido respaldado por conceptos de las secretarías de Ambiente y Planeación, que definieron el uso del predio como recreativo y cultural. En ese sentido, Ocesa ha asegurado que solo endurecerá seis hectáreas del total de 24 disponibles, respetando el mínimo del 75 % de área verde que exige el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
A pesar de que la Secretaría de Ambiente descartó que el predio sea un humedal, sí reconoció su valor ecológico y su potencial de conectividad ambiental, recomendando su conservación. Por ahora, la agenda de conciertos sigue en pie, pero la acción popular abre un proceso que podría modificar el futuro del escenario y de sus eventos programados.
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