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No cesa ola de secuestros en Colombia: ganadero y una comerciante retenidos
Fueron plagiados por ilegales en un lapso de 24 horas. Ciudadanos claman acción de las autoridades.
El Municipio de Pelaya en Cesar, Colombia, se encuentra en alerta máxima tras la desaparición de un ganadero y una comerciante en un lapso de 24 horas.
Los raptos consecutivos han conducido a la implementación de restricciones severas en un esfuerzo por controlar la creciente inseguridad en el área.
El último en desaparecer es el reconocido ganadero local, Jesús del Carmen Quintero, quien fue aparentemente secuestrado por cinco hombres en Pelaya.
Se le vio por última vez en su camioneta, que fue descubierta abandonada minutos después de su desaparición.
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Este incidente siguió al secuestro de la comerciante Maira Quintero, ocurrido en una zona rural de Pelaya. Maira fue vista por última vez mientras practicaba deporte y paseaba en bicicleta.
Como respuesta a esta crisis, las autoridades han promulgado una serie de regulaciones y medidas de seguridad.
Alexander Quintero, alcalde de Pelaya, confirmó la reducción de horarios para los establecimientos comerciales y la expansión de zonas con prohibición de "parrillero hombre" o pasajero masculino en motocicletas.
"Estas son medidas de 'choque' para controlar la situación del orden público tras los secuestros", explicó Quintero. "Todavía desconocemos el paradero de ambos. Realizamos un Consejo Extraordinario de Seguridad y decidimos restringir los horarios en establecimientos públicos nocturnos y prohibir el parrillero hombre a partir de las 7:00 de la noche".
Pelaya y el departamento de Cesar son conocidos por la presencia de organizaciones criminales como el Eln y varias subestructuras disidentes de las Farc. Sin embargo, ninguna de estas organizaciones se ha atribuido la responsabilidad de los recientes secuestros.
En noticias relacionadas, la estación de Policía de Río de Oro, en el sur de Cesar, recibió a Jesús Guerrero el viernes. Guerrero, conductor de una granja avícola, había sido secuestrado el jueves en la vereda Venadillo de Ocaña. Tras su liberación, fue escoltado a la estación por el Gaula.
Mientras Pelaya y el departamento de Cesar se enfrentan a esta creciente amenaza, las autoridades locales y nacionales buscan desesperadamente maneras de reforzar la seguridad y tranquilizar a una población cada vez más temerosa. Los residentes esperan una rápida resolución y el regreso seguro de los dos secuestrados.
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