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Judicializados trabajadores de entidad de salud por tortura y tratos crueles a internos

Al parecer el representante y los empleados de una Prestadora de Salud la cual se dedica tratar a personas con problemas de adicción, habrían torturado y sometido a tratos crueles a las personas que se encontraban en el lugar.

Judicializados trabajadores de entidad de salud por tortura y tratos crueles a internos
Por Juan Sebastián García | Mié, 23/02/2022 - 06:46 Créditos: Fiscalía General de la Nación

En una Institución Prestadora de Salud dedicada a la atención de personas con problemas de adicción y desórdenes en el comportamiento ubicada en el occidente de la ciudad de Bogotá, trabajadores del lugar maltrataban y torturaban a las personas que se encontraban internadas en el sitio.

Según la Fiscalía, aislaban a las víctimas y las intimidaban para que no dieran aviso a sus familiares. En el lugar de los hechos fueron recuperadas 35 personas, dos de ellas menores de edad.

De igual manera no tenían personal calificado para tratar las adicciones y posteriormente la reinserción social a consumidores de sustancias. 

La Fiscalía General de la Nación judicializó a cuatro hombres y una mujer que hacían parte de la Institución. Entre los capturados se encontró un ingeniero civil y entrenadores físicos. Ninguno calificado para la atención en estos casos.

Imagen de referencia
Allanamiento del lugar, cortesía de la Fiscalía 

Ante un juez de control de garantías a los capturados se les imputaron los delitos de tortura agravada con fines de castigo y discriminación, secuestro simple agravado, amenazas y concierto para delinquir.

Así mismo, cuatro de los acusados recibieron medida de privativa de libertad en cárcel. Estos fueron: Jairo Masmela García, representante y director de la IPS; Tiberio y Álvaro Azcárate y Leonardo Casas.

Según el material probatorio, las víctimas fueron torturadas por su condición sexual, estado físico, adicción a los estupefacientes y distintas alteraciones en el comportamiento. Cada persona que ingresaba era desnudada, amarrada y bañada con mangueras y escoba, con el pretexto de que “limpiaba las impurezas”.

Además, las evidencias demostraron que los trabajadores suministraban medicamentos sin prescripción, y no contaban con un espacio de almacenamiento de los productos y tratamientos farmacéuticos para su uso correcto.

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