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Exfiscal Hilda Niño evidencia jugadas de Montealegre y Perdomo para vincular a Álvaro Uribe con grupos ilegales
La estrategia implicaba extender los señalamientos a Santiago Uribe.

En la jornada número 16 de audiencias en el juicio contra el expresidente Álvaro Uribe por presunto fraude procesal y soborno a testigos, la Fiscalía llamó a declarar a Hilda Niño Farfán, exfiscal de la Unidad de Justicia y Paz y como delegada ante el Tribunal Superior de Bogotá.
Durante su intervención, Niño Farfán se refirió a una serie de hechos que, según su testimonio, demostrarían que se llevó a cabo una estrategia para vincular a Uribe Vélez y a su hermano Santiago Uribe con grupos ilegales.
La exfuncionaria sostuvo que los exfiscales Eduardo Montealegre y Jorge Perdomo, junto con magistrados e investigadores, promovieron la obtención de testimonios que los implicaran.
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Según Niño Farfán, mientras trabajó en la coordinación de fiscales de Justicia y Paz, recibió una instrucción de su superior en ese momento, Carlos Fidel Villamil. En su relato, mencionó que Villamil llegó con un documento proveniente de la Vicefiscalía de Jorge Perdomo.
La lista contenía nombres de paramilitares como Salvatore Mancuso y Diego Fernando Murillo, alias "Don Berna". La orden, explicó, consistía en revisar los casos de las personas mencionadas y determinar si en sus declaraciones habían hecho referencia al apellido Uribe.
El requerimiento debía ser atendido en un plazo de 15 días, tras lo cual se debía proceder a citar a los paramilitares a la sede de la Fiscalía para sus declaraciones. Posteriormente, el informe resultante debía ser remitido a la Vicefiscalía.
En otro segmento de su testimonio, Niño Farfán relató su experiencia tras ser condenada en 2020 por la Corte Suprema de Justicia a 64 meses de prisión por el delito de cohecho propio.
La sentencia estuvo relacionada con señalamientos de que habría facilitado sobornos en favor de los narcotraficantes Miguel Ángel Melchor Mejía, alias "El Mellizo", y Orlando Villa Zapata, con el fin de incluirlos en el proceso de Justicia y Paz, mecanismo diseñado exclusivamente para exparamilitares.
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Estando en la cárcel del Buen Pastor de Bogotá, Niño Farfán intentó comunicarse con el expresidente Uribe a través de intermediarios. Su propósito, explicó, era informarle sobre la supuesta manipulación de testimonios de paramilitares que, según ella, Carlos Fidel Villamil había promovido para involucrar a Santiago Uribe en el caso de la estructura conocida como "Los Doce Apóstoles".
En su declaración, aseguró que en marzo o abril de 2018 recibió la visita de Diego Cadena, quien en ese momento se desempeñaba como abogado de Uribe Vélez.
Durante la reunión, Niño Farfán le transmitió información sobre la presunta alteración de testimonios en la Fiscalía. Posteriormente, Cadena se reunió con Edgar Torres, abogado de Niño Farfán, y elaboraron un documento dirigido al entonces fiscal general Néstor Humberto Martínez. El propósito del escrito era solicitar que Niño Farfán fuera escuchada en relación con los hechos que denunciaba.
Tras esta solicitud, un fiscal fue enviado a la cárcel para tomar su declaración sobre la información que había expuesto. En su testimonio ante la justicia, Niño Farfán reiteró que su intención era revelar los hechos que, según ella, demostrarían que existió un plan para obtener declaraciones que perjudicaran a los hermanos Uribe Vélez.
Hilda Niño Farfán, abogada con experiencia en la Fiscalía General de la Nación de Colombia, Su trayectoria estuvo marcada por su trabajo en la Unidad de Justicia y Paz, un mecanismo diseñado para investigar y juzgar a miembros de grupos paramilitares que buscaban acogerse a un proceso de desmovilización.
En 2020, la Corte Suprema de Justicia la condenó a 64 meses de prisión por el delito de cohecho propio. Según el fallo, Niño Farfán facilitó el pago de sobornos a favor de los narcotraficantes Miguel Ángel Melchor Mejía, alias "El Mellizo", y Orlando Villa Zapata.
El objetivo de estas acciones, según la justicia, era permitir que ambos ingresaran al proceso de Justicia y Paz, a pesar de que este mecanismo estaba destinado exclusivamente a exparamilitares.
La investigación demostró que Niño Farfán, en el ejercicio de sus funciones, habría influido en la gestión de expedientes a cambio de beneficios económicos.
Su condena representó un golpe a la credibilidad del sistema de Justicia y Paz, que ya enfrentaba cuestionamientos sobre la transparencia de los procesos de desmovilización y la selección de beneficiarios.
Tras su condena, la exfiscal fue recluida en la cárcel del Buen Pastor de Bogotá. Desde allí, sostuvo que su actuación había sido manipulada y que la decisión judicial en su contra formaba parte de un esquema más amplio de presiones políticas dentro de la Fiscalía.
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