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De Halloween a homicidio: cómo apareció un nuevo señalado en el caso del estudiante de los Andes en fuga
La historia de Ricardo González Castro, de 22 años, oriundo de Cartagena. Hoy audiencia de imputación a Juan Carlos Suárez Ortíz.
La madrugada del 31 de octubre de 2025, Bogotá amaneció con una noticia que pronto se haría viral: un estudiante de la Universidad de los Andes, Jaime Esteban Moreno Jaramillo, fue hallado con trauma craneoencefálico severo tras una agresión en la calle y murió horas después en un hospital.
La cronología del caso parecía clara en su arranque —fiesta de Halloween, salida de una discoteca de Chapinero y una riña que lo dejó malherido—, pero en cuestión de días la investigación dio un giro decisivo: junto al primer capturado, apareció el nombre de un segundo presunto implicado, hoy prófugo, que la Fiscalía y la Policía tratan de ubicar.
En los primeros reportes, la Policía confirmó tres capturas por lesiones personales mientras la Fiscalía ajustaba la calificación jurídica ante el fallecimiento de la víctima: Juan Carlos Suárez Ortiz, y dos mujeres identificadas como Kaleidymar Paola Fernández Sulbarán y Bertha Parra Torres.
El expediente pasó rápidamente de una riña a un homicidio, y un juez de control de garantías legalizó la captura de Suárez, quien quedó como el principal sospechoso inicial.
El caso, sin embargo, no se detuvo allí. Con videos de cámaras de seguridad y nuevos testimonios, los investigadores delinearon la participación de al menos otro agresor.
En la tarde del 4 de noviembre y la mañana del 5 se conoció públicamente el nombre del presunto segundo implicado: Ricardo González Castro, de 22 años, oriundo de Cartagena, quien habría participado en la golpiza y que, según versiones citadas por autoridades y fuentes cercanas, huyó tras reconocer su participación ante un superior laboral.
Para el momento del último corte informativo, González permanecía prófugo.
La reconstrucción temporal sitúa a Moreno en una fiesta de Halloween en el sector de Chapinero; después, en su desplazamiento hacia Barrios Unidos, se produjo el ataque que quedó registrado en video y que permitió a los investigadores ubicar a un grupo de personas disfrazadas que lo golpeó en la vía pública.
Un testigo clave describió la escena y el rol de varios agresores, información que complementó el análisis de los videos de seguridad. Esas piezas —testimonio y grabaciones— se convirtieron en punta de lanza para pasar de capturas por lesiones a imputaciones por homicidio y para señalar a un segundo partícipe.
Mientras avanzaba la investigación penal, el entorno de la fiesta abrió un flanco adicional de debate público. El estudiante había asistido a un evento de Halloween en Before Club, en Chapinero.
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La dueña del establecimiento —la congresista María del Mar Pizarro— y su pareja afirmaron estar colaborando con las autoridades y entregando videos; al mismo tiempo, crecieron las críticas por un posible conflicto de intereses con su agenda legislativa conocida como “Ley de la Noche” y por la seguridad alrededor de eventos masivos.
Aunque esos elementos no forman parte de la imputación por el homicidio, sí hacen parte del contexto político y mediático que rodea el caso.
El expediente penal quedó así, al 5 de noviembre de 2025:
Víctima: Jaime Esteban Moreno Jaramillo, 20 años, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería de Sistemas en la Universidad de los Andes. Murió por un trauma craneoencefálico tras una agresión en vía pública.
Capturado: Juan Carlos Suárez Ortiz. Su aprehensión fue legalizada por un juez; la Fiscalía anunció pruebas “contundentes” sobre su presunta participación.
Segundo señalado/prófugo: Ricardo González Castro, 22 años, identificado como copartícipe de la golpiza; buscado por las autoridades.
Otras personas vinculadas inicialmente: dos mujeres detenidas en un comienzo por lesiones personales; su situación jurídica evolucionó a la luz de nuevas pruebas, con reportes de medios sobre su liberación por falta de elementos que las ubicaran en la fase letal de la agresión.
La opinión pública comparó el caso con el de Luis Andrés Colmenares por la fecha, la procedencia universitaria y la ola de especulaciones en redes; sin embargo, los investigadores han insistido en ceñirse al material probatorio: videos, testimonios directos y trazabilidad de los movimientos de la víctima y de los sospechosos entre Chapinero y Barrios Unidos.
En paralelo, investigadores recogieron testimonios de allegados del estudiante —incluida una amiga que relató los momentos previos— y reconstruyeron los últimos mensajes que recibió Moreno para acudir a la fiesta de Halloween.
Esas piezas ayudan a fijar la línea de tiempo y a despejar rumores, pero el eje del caso sigue en los videos, la identificación plena de todos los agresores y la coordinación de la Fiscalía con policía judicial para capturar al segundo señalado.
Lo que sigue procesalmente es previsible: este miércoles audiencia de imputación (y, de proceder, medida de aseguramiento) con base en homicidio, solicitud de órdenes de captura contra el segundo implicado y contrastes periciales —forenses, de videoanálisis y de georreferenciación— para robustecer la teoría del caso.
La Alcaldía, por su parte, pidió celeridad y calificó lo ocurrido como una “agresión cobarde”, mientras el expediente mantiene la atención pública por la suma de ingredientes: una víctima universitaria, un video contundente y un segundo presunto agresor hoy en fuga.
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