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Condenan a alias “Pichi” a 52 años de cárcel por homicidio, desaparición forzada y narcotráfico
El Tribunal Superior de Bucaramanga sentenció a Óscar Camargo Ríos, conocido como el “Pablo Escobar de Santander”, por liderar una organización criminal con más de 300 integrantes.
La Sala Penal del Tribunal Superior de Bucaramanga condenó a 52 años de prisión a Óscar Camargo Ríos, alias “Pichi”, señalado como uno de los capos criminales más peligrosos del nororiente colombiano. La sentencia revoca una decisión previa que lo había absuelto por falta de pruebas, y lo responsabiliza por homicidio, desaparición forzada y delitos asociados al narcotráfico.
Según las autoridades, alias “Pichi” lideraba la estructura “Los de San Rafa” y era considerado el principal articulador del microtráfico en Bucaramanga. Se estima que su organización generaba ingresos ilícitos por más de 14.000 millones de pesos anuales y mantenía disputas violentas con bandas rivales como “Los del Sur”, encabezada por alias “Poporro”.
La investigación determinó que la red criminal estaba conformada por entre 300 y 400 personas y tenía presencia en varios barrios del norte de Bucaramanga. Testigos señalaron que alias “Pichi” coordinaba las operaciones diarias desde temprano y supervisaba personalmente el movimiento de estupefacientes, el flujo de dinero y la seguridad de la red.
El fallo también documenta la participación directa de alias “Pichi” en varios homicidios, incluyendo el asesinato de Jefferson Eduardo Delgado Rincón, alias “Máscara”, a quien habría ordenado matar por colaborar con las autoridades. El cuerpo de la víctima fue hallado enterrado bajo cemento en una vivienda del barrio Cinal, tras información suministrada por un informante.
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Además de los delitos de homicidio, alias “Pichi” fue hallado culpable de concierto para delinquir, porte ilegal de armas y tráfico de drogas. La sentencia establece una multa superior a los $6.000 millones de pesos y determina que deberá cumplir su condena en un centro de reclusión, sin posibilidad de prisión domiciliaria, tras haberse fugado previamente de esta medida.
Alias “Pichi” fue recapturado en 2024 y trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita (Boyacá). Su caso ha generado amplia atención pública, dada su influencia en la criminalidad local y su capacidad para operar desde la clandestinidad durante años.
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