Un estudio publicado por el Centers for Disease Control and Prevention, en la revista Energing Infectious Diseases, titulado “Distribución en el aire y en la superficie del Coronavirus 2 (Covid-19) del síndrome respiratorio agudo Severo en salas hospitalarias, Wuhan, China, 2020” evidencia la facilidad de propagación del Covid-19 en los entornos hospitalarios, especialmente en las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI.
Una realidad que ha generado el contagio de más de 20.000 trabajadores de la salud, además muertes, protestas y hasta capturas en el mundo. Para el caso colombiano, el fallecimiento de los médicos Carlos Nieto de 33 años, William Gutiérrez de 59 años y el conductor de ambulancia Joaquín Satizábal de 58 años. Además, al menos cinco trabajadores de la salud hospitalizados, luego de contraer el virus.
Pero ellos no son los únicos. La Agencia de Periodismo Investigativo, APi, conoció qué hay una pareja de esposos, médicos de profesión contagiados. Él en una UCI en Medellín y ella, batallando con la enfermedad en su casa junto con sus dos hijos, también infectados.
“Tiene una neumonía severa y desde hace dos días una falla renal que requirió de inicio de diálisis. Está en la más absoluta soledad porque por razones obvias su familia no lo puede acompañar”, indicó un amigo de la pareja que también es médico.
En su relato agregó que la esposa que también es médico se contagió en el trabajo. “Inició con disfonía, anosmia y ageusia”, pero a pesar que advirtió que era trabajadora de la salud, no hubo seguimiento a su caso ni a sus pacientes.
“Solo la tomaron en cuenta cuando su esposo debió ser internado en el Pablo Tobón. Todo parece indicar que fue ella quien ingresó el virus a su hogar pues el esposo que es médico auditor estaba en teletrabajo. Mi amiga solo estaba trabajando en prioritaria con tapabocas, pues no había más”, afirmó el médico denunciante, no sin antes invitar a sus colegas a cuidase y exigir.
“No somos héroes, solo somos seres humanos a quienes por vocación y convicción nos tocó paliar la situación. También morimos” señaló.
Desde que se inició el virus en Wuhan, China, a finales del 2019, más de 20.000 profesionales de la salud que se han enfrentado cara a cara con el virus se han contagiado y muchos como hoy lo dice el médico colombiano, han muerto.
Para el 14 de febrero, la Comisión Nacional de Salud de China, había confirmado 1.716 trabajadores del sistema de salud contagiados y seis médicos muertos, entre esos el Dr Li Wenliang, el especialista en oftalmología quien faltando veinticuatro horas para finalizar el 2019, le envió un mensaje por WeChat, el equivalente al WhatsApp en China, a sus compañeros de universidad, contándoles de siete pacientes con síntomas similares al SARS.
Pocos días después fue acusado por las autoridades chinas de “difundir rumores”. El médico para no ir siete años a prisión tuvo que firmar una declaración aceptando su error, prometiendo no reincidir.
Semanas después cuando el mundo supo del nuevo virus, la Corte Suprema de China reconoció el error, pero poco después el médico Wenliang murió por Covid-19.
Desde entonces, las imágenes de médicos de todo el mundo, al borde del colapso enfrentando el nuevo virus son recurrentes. Con diversos objetos improvisados como bolsas de basuras y caretas de buceo, intentan evitar el contagio y convertirse en fuentes involuntarias de propagación, mientras le exigen a sus gobiernos la dotación mínima de elementos de bioseguridad, así como el mejoramiento de sus condiciones laborales.
Uno de los países que han calificado como un error grave no garantizar la debida protección a los trabajadores de la salud y no realizar pruebas de Covid-19 a todos los trabajadores de la salud, fue Italia, en donde se advirtió que no hacerlo es asegurar una fuente incontrolable de propagación de la enfermedad. En ese país, 13.522 integrantes del personal médico se contagiaron y más de un centenar murió.
En México van 329 médicos contagiados, en Ecuador, diez trabajadores de la salud han fallecido y 1.600 han sido infectados y en Perú han sido diagnosticados con coronavirus 215 médicos. Mientras tanto, no en pocos países, médicos, enfermeras y personal sanitario han salido a las calles a protestar en contra de sus gobiernos por falta de garantías.
En Honduras, se manifestaron. En Arequipa, Perú el gobernador anunció que denunciaría penalmente a los médicos que protestarán. En España, los sindicatos del Servicio Nacional de Salud amenazaron con entrar en huelga por falta de elementos de protección.
Las protestas se extienden por el mundo por parte del cuerpo médico. En Pakistán fueron capturados 50 trabajadores de la salud cuando protestaban por malas condiciones laborales y falta de elementos de protección para atender pacientes con Covid-19.
El caso colombiano adportas de llegar a 3.000 casos confirmados y 112 muertos, no es menos preocupante. En los últimos dos días el número de pruebas realizadas ha descendido. Mientras que el sábado 11 de marzo, el día en que se reportó el mayor número de casos 270 se procesaron 3.190 pruebas, el domingo esa cifra descendió a 1.354 y el lunes a 1.256 test. La respuesta parece ser una sola, no hay reactivos suficientes. Las potencias como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido e Italia han acaparado la oferta reducida de reactivos.
La falta de elementos adecuados en bioseguridad, el número limitado de pruebas realizadas y un sistema de salud en jaque desde hace varias décadas, con hospitales quebrados, suelos atrasados y EPS intervenidas, liquidadas o cuestionadas son el peor escenario para enfrentar una pandemia en este siglo.
Desde que se conoció el primer caso en Colombia, el pasado 6 de marzo, después de años de abandono los ojos del país están puestos en los trabajadores de la salud.
Más del 70% de los profesionales no están vinculados por contratos de trabajo si no por contratos de prestación de servicio. En varias regiones se les adeuda hasta 25 meses de sueldo.
A pesar de este panorama, con la pandemia se conocieron nuevas denuncias de los trabajadores de la salud. Desde amenazas de despido por expresar opiniones diferentes, reducción de salarios y hasta que las ARL no estaban reconociendo el Covid-19 como enfermedad laboral.
La ausencia de garantías y las precarias condiciones laborales han derivado en renuncias de personal sanitario, protestas y una supuesta manifestación el próximo 15 de abril.
Y como si la tensión entre los trabajadores de la salud y el gobierno nacional no fuera suficiente. A esto se sumó el decreto 538 de 2020 mediante el cual se obliga a los graduados, especialistas y estudiantes de último año de medicina a combatir el Covid-19. De hecho, veinte agremiaciones médicas suscribieron una carta al presidente Iván Duque, solicitando se modifique la norma.
Este fue considerado como una afrenta dentro del sector. Médicos le exigieron al gobierno y a la opinión pública respeto. Dicen que no quieren que los llamen héroes, ni mártires, simplemente que se les respete como profesionales lo que incluye dotarlos de los elementos que se requiere para enfrentar un virus que tiene arrinconado al mundo.
El médico Camilo Prieto, denunció que la Clínica Los Cobos pretende reducir en un 20% los salarios y honorarios a los trabajadores. La EPS Compensar envió una carta advirtiendo una disminución del 20%.
“Nosotros juramos servir para defender la vida, pero jamás juramos para arrojarnos al suicidio. En este momento la carencia de equipos de protección están transformando a los trabajadores de la salud en mártires inútiles y si la curva sigue creciendo cómo está sucediendo lo más probable es que en ocho días los casos hubieran ascendido a 5.000 y más de 200 muertos. Necesitamos los instrumentos para enfrentar la crisis que se avecina” afirmó Prieto.
Precisamente, el estudio realizado por médicos de la Academia Militar de Medicina de Beijing, China, del Instituto de Medicina y Tecnología, el Instituto de Ingeniería de Sistemas de Tianjin China en el Wuhan Huoshenshan Hospital en Wuhan, China y el Centak Theater General Hospital, tuvo como propósito determinar la distribución del Coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo en salas de hospital en Wuhan, China.
“Probamos muestras de aire y superficie. La contaminación fue mayor en las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, que en las salas generales. El virus se distribuyó ampliamente en pisos, ratones de computadora, botes de basura, pasamanos de cama de enfermos y se detectó en el aire a ~4m de los pacientes”. Se advierte en el estudio.
También se evidenció el procedimiento de recolección de las muestras a analizar. Desde el 19 de febrero al 2 de marzo de 2020, recolectaron muestras con hisopos en objetos potencialmente contaminados en la UCI y GW, es decir, habitaciones hospitalarias.
Para el momento de la muestra, la Unidad de Cuidado Intensivo, UCI, tenía 15 pacientes con enfermedad grave y la sala general o GW, albergaba 24 pacientes con síntomas más leves para Covid-19. En las dos áreas, también tomaron muestras del aire interior y de las salidas de aire para detectar la exposición a este.
Además de los objetos tradicionales, también tomaron muestras en las camas donde estaban los pacientes, el equipo de protección personal del personal, tapabocas, entre otros elementos.
El estudio arrojó tres conclusiones. La primera, es que el SARS-CoV-2 o Covid-19 se distribuyó ampliamente en el aire y en las superficies de los objetos tanto en la UCI como el área general. “Lo que implica un riesgo potencialmente alto de infección para el personal médico y otros contactos cercanos”.
La segunda conclusión es que la contaminación ambiental fue mayor en la UCI que en el GW. “Por lo tanto, el personal médico que trabaja en la UCI debe tomar medidas de protección más estrictas”.
La tercera, es que, “las características de distribución de aire del SARS-CoV-2 en el GW indican que la distancia de transmisión del SARS-CoV-2 podría ser de 4 metros”.
Concluye el estudio que hasta el 30 de marzo, ningún miembro del Hospital Huoshenshan había sido infectado con Covid-19, lo que para los expertos significó que las precauciones eficaces y estrictas podrían prevenir el contagio.
Sin embargo, un hallazgo fue demoledor, que el virus se podría propagar hasta los 4 metros. “Además nuestros hallazgos sugieren que el aislamiento domiciliario iniciado de personas con sospecha de Covid-19 podría no ser una buena estrategia de control”.
Esta afirmación, se basa en que según el informe los miembros de la familia no tienen equipo de protección personal y Café web de capacitación profesional, “lo que fácilmente conduce a infecciones familiares en racimo”.
Es decir, para los elaboradores de este estudio, no es una medida apropiada que los gobiernos traten a los enfermos leves en sus casas, pues esto dispara la propagación.
“Durante el brote, el gobierno de China se esforzó en la mayor medida posible para aislar a todos los pacientes con sospecha de Covid-19 mediante acciones como la construcción de hospitales de cabina móviles”.
Con esta medida el gobierno se aseguró que los enfermos graves, los leves y los sospechosos fueran atendidos por profesionales y no mediante autocuidados en casa sin tener el conocimiento ni la capacitación. “La transmisión del virus fue cortada efectivamente. A finales de marzo, la epidemia de SARS-CoV-2 en China había sido bien controlada”.
En Colombia, la pandemia apenas comienza y el personal de salud requiere soluciones de choque frente a su difícil situación, que ya empezó a cobrar sus primeras víctimas.