Una vez más el médico neumólogo que el pasado 8 de marzo se anticipó al impacto que traería la pandemia en España, y por ende en gran parte del mundo, generó una nueva alerta. Luego de un respiro de varias semanas y de atender casos esporádicos en su hospital, las cuentas de las últimas cuarenta y ocho horas no le dan y evidencia el peligro del relajamiento en los protocolos de bioseguridad.
Cinco casos llamaron su atención. El primero es un matrimonio conformado por un hombre de la tercera edad de nacionalidad española y una mujer colombiana de aproximadamente 50 años.
Desde que el mundo entró en estado de alarma por los efectos impredecibles del Covid-19, la pareja permaneció fuera de España. Justo por estos días notaron tos y dificultad para respirar. Decidieron regresar a España el pasado 16 de julio.
En el vuelo presentaron fiebre y para comer tras un vuelo transoceánico, tuvieron que retirarse los tapabocas. También estiraron las piernas caminando un poco por los pasillos del avión y por supuesto, usaron el baño.
“En el aeropuerto a su llegada no tuvieron ningún control”, informó el galeno, que mantiene su anonimato por asuntos de seguridad. Apenas aterrizaron, acudieron a urgencias, no hubo tiempo si quiera de llegar primero a casa.
El diagnóstico de los médicos que los atendieron en Madrid fue neumonía bilateral, la prueba molecular de Covid-19 dio positivo. Ahora ambos están graves. “Primera conclusión: Barajas es un coladero”, advirtió el facultativo mientras señalaba un reporte que indicaba que desde que se abrió el aeropuerto el número de casos contagiados asciende a 64.
Un segundo caso es todo un misterio en el hospital español. Un bebé de 27 días de nacido y cuyos padres no tienen el virus, corroborado con pruebas PCR de Covid que dieron negativo.
Los otros dos contagios que tienen al especialista haciendo cálculos es el de dos personas que tienen el virus pero que son asintomáticos. De hecho, los dos pacientes se enteraron que tenían el virus porque acudieron al hospital por otras dolencias.
El primero fue gracias a una prueba molecular PCR realizada dentro de análisis preoperatorios. El segundo fue en el procedimiento previo a una endoscopia. “La segunda conclusión es qué hay transmisión comunitaria en mi área”, aseguró el doctor.
El neumólogo advierte que una de las preocupaciones son los rastreadores. “Nadie sabe quienes son ni lo que hacen. Quizás se debe constatar muchos más”.
Mientras hacía este análisis, la prensa local informó que España cuenta con 3.500 rastreadores de contactos pero que mínimo se requieren 8.000 más.
Este es otro de los espejos para Colombia que, al parecer, estamos viviendo sin aún haber llegado al pico, advierten miembros de sociedades médicas. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha señalado que el pico llegará posiblemente en agosto.
En España, los facultativos son enfáticos en señalar que el estado de alarma que se decretó en el mes de marzo, en Colombia se denominó Estado de Emergencia Económica, Ecológica y Social, se hizo no para frenar el virus, pues sin vacuna ni tratamiento conocido y avalado era imposible, “el propósito era evitar el colapso de las UCI, pero ante todo para ganar tiempo adquiriendo tapabocas, pruebas, equipos, y reforzar el talento humano sanitario, en fin. Pero que se hizo?”, señala el médico.
Precisamente una de las falencias señaladas por el cuerpo especializado español es los escasos rastreadores en momentos de afrontar una nueva ola.
Apenas hace tres días se reunieron los médicos de un hospital ubicado al sur de Madrid y actualmente el ánimo no es mejor que en el mes de marzo. “Están desesperados”, comentaron los facultativos que libran la batalla contra el Covid-19.
Afirman que cuando hay un positivo de Coronavirus son ellos los que terminan realizando el análisis de contactos del paciente. Con una queja adicional, “las pruebas se demoran más de dos días”. En Colombia, aunque el Instituto Nacional de Salud advierte que no se deben tardar más de 72 horas, en la práctica es muy diferente. Enfermos de Covid-19 han denunciado demoras superiores a doce días para conocer el resultado. Las EPS se constituyen en otro cuello de botella.
En este momento España afronta lo que los médicos han denominado, “varios focos descontrolados”. Cifras oficiales advierten de 239 focos en esta nueva ola. Entre estos se cuenta Lérida-Huesca.
“Los chinos controlan sus brotes sin miramientos. No aprendemos”, afirma mientras realiza otro cuestionamiento, una aplicación para trazar contactos y que, como en gran parte de los paises que se ha implementado, parece no dar muy buenos resultados.
La firma a cargo de este desarrollo es Indra Company, sin embargo, personal sanitario afirma que para cuando la tengan lista, el Covid ya será historia.
Sin embargo sí hay algo bueno, las pruebas. En España se están realizando pruebas, pruebas y pruebas como lo señaló Tredhos Adarhom, director de la Organización Mundial de la Salud, OMS.
“Al mínimo síntoma, a los contactos de los positivos. A todo el que ingresa a un servicio de salud. La fotografía que tenemos ahora es más parecida a la realidad”, reitera el neumólogo español.
Pero regresan los reparos, esta vez la gente. Creyeron que tras pasar el pico de la pandemia la vida regresó a la normalidad y relajaron los protocolos de bioseguridad.
Médicos afirman que los ciudadanos no están usando los tapabocas, la vida social se reactivó no solo la económica, el mejor ejemplo son las playas, filas interminables buscando un espacio en la arena. “¿Nos hemos olvidado de los muertos ya?, se pregunta indignado el doctor.
La conclusión del médico que pronosticó el impacto de la pandemia en su país en el mes de marzo es una sola. La transmisión comunitaria del virus sumado a un pobre seguimiento de los contactos, aunado a una ciudadanía imprudente, “segunda ola en breve con una nueva cuarentena estricta y nacional”.
“Los sanitarios estamos cansados, decepcionados y asustados porque hemos vivido un infierno y vemos venir otro más y parece que a nadie le importa”, resaltó el facultativo.
El mismo que el ocho de marzo en sus redes sociales señaló: “Soy neumólogo en un hospital al sur de Madrid y estoy tremendamente preocupado por el Coronavirus. No se si nuestros dirigentes han echado números pero son para asustar”.
Justamente, cuatro días antes de que la OMS declarará el Covid-19 como pandemia, el galeno de ese centro asistencial, quien preserva su anónima condición además por secreto profesional advirtió que la tasa de contagios del virus R0 era de 1.5 y 2.5, es decir, que el número de enfermos se duplicaba cada cinco días.
Ese día reveló que con el número de pacientes diagnosticados en su hospital y con el índice de propagación a finales de abril en su área, serían más de 2.000 los infectados. Lo tildaron de loco, irresponsable y generador de pánico.
Se equivocó. El número fue mayor. Para el 30 de abril España vivía lo peor de la pandemia. 213.435 contagios y 24.543 muertes. Su testimonio, estilo de comunicación y hechos que relata a diario lo convirtieron en el referente de muchos de sus colegas en su país y en Colombia. Y concluye su relato, “lo dije en marzo y lo repito ahora, espero equivocarme”.