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Alta tensión en la Casa de Nariño

Mientras el presidente Iván Duque tiene el sol a la espalda reflejado en los resultados negativos de las últimas encuestas, cuatro de sus principales funcionarios están en la mira por el desarrollo de su gestión. Se empiezan a buscar refuerzos. La Casa de Nariño es un hervidero, aparecen los primeros señalamientos internos a la labor del gobierno. Estilos de trabajo que no gustan entran en evaluación ante el mandatario que trabaja a un ritmo pero parte de su séquito trabaja a otro.

Por Agencia Periodismo Investigativo |

Es un secreto a voces. En los pasillos de la Casa de Nariño se siente un vacío de poder. Se cumplieron los primeros cien días de gobierno y según los resultados de dos encuestas, el presidente Iván Duque tiene el índice más bajo de aprobación de su gestión, de los últimos seis gobiernos. Por esta razón, al interior de su administración, ya varios funcionarios clave están en la mira del primer mandatario, porque no han cumplido sus expectativas y ya se ventilan los primeros cambios. Sin embargo, ante los pocos días de mandato, Duque, está en una encrucijada, porque ya sabe quiénes no dieron la talla, pero no tiene presentación hacer relevos con tan poco tiempo en la presidencia, un asunto que no sería de buen recibo, en momentos en que su popularidad va en caída libre.

Estos resultados, se vieron reflejados en las dos encuestas publicadas este viernes. La primera de la firma Invamer, en la que Duque registró desaprobación en la forma como está desempeñando su labor como presidente de la República del 64.8%. Una segunda encuesta de la compañía de consultoría y encuestas, Cifras y Conceptos, que calificó al gobernante con una imagen desfavorable del 65% y arrojó otro dato inquietante, que el 2% ni siquiera conoce al primer mandatario. Con un detalle adicional, en lo positivo destaca su juventud, que está en un proceso de aprendizaje, que es carismático, neutral, innovador y juicioso. Sin embargo, con esa misma vara los encuestados fueron implacables al señalar su falta de identidad, que no tiene significado, que es un títere, mentiroso, farandulero e hipócrita, en resultados, revelados por Cesar Caballero, director de Cifras y Conceptos, y el equipo de Caracol Radio.

Y es que tan pronto se conocieron los resultados de las encuestas y el presidente Iván Duque, entregó sus explicaciones públicas en entrevistas a medios de comunicación, vinieron los primeros reparos internos del gobierno. “Se extraña la falta de generación de contenido en todas las redes al respecto”, increpó Víctor Manuel Muñoz Rodríguez , Alto Consejero Presidencial para la Transformación Digital, un funcionario designado por Duque para articular a todas las entidades oficiales, sus políticas públicas, estrategias para modernizar el Estado y hacer su transformación digital.

De inmediato, el Consejero Muñoz recibió respuestas de algunos de los cerca de treinta servidores del Estado, que se comunican frecuentemente con el alto funcionario. Entre ellos de la Función Pública, el Sena, Invias, Colombia Compra Eficiente, el Icetex y varios ministerios, quienes se comprometieron a divulgar de mejor manera los mensajes de gobierno en redes sociales. A estas respuestas, el funcionario advirtió que no se está generando contenido y que por ello, “no estamos teniendo impacto en la difusión digital. El contenido que se genera de apoyo a las estrategias del gobierno no está siendo contundente”.

Pero este parece ser uno de los varios problemas que tiene la administración Duque. La Agencia de Periodismo Investigativo, API, conoció los testimonios de altos funcionarios, que le hablan al oído al presidente Duque, quienes detallaron el ambiente que se vive en la Casa de Nariño y cuáles son las personas que no se están ajustando en la materialización de los propósitos del primer mandatario y hoy se encuentran bajo la lupa para futuros cambios. Relatos que fueron contrastados con varias fuentes externas a la Presidencia de la República, que tienen interlocución frecuente con el gobierno.

El funcionario que está generando mayor resistencia al interior del gobierno es Jorge Mario Eastman, Director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Dapre. Es un cargo conocido coloquialmente como ‘el hombre del computador’, porque al ser la persona más cercana al presidente y piedra angular entre el mandatario y todos los altos funcionarios del Estado

El funcionario que está generando mayor resistencia al interior del gobierno es Jorge Mario Eastman, Director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Dapre. Es un cargo conocido coloquialmente como ‘el hombre del computador’, porque al ser la persona más cercana al presidente y piedra angular entre el mandatario y todos los altos funcionarios del Estado, es el principal filtro en la guardia pretoriana del presidente. Como se recordará, Eastman, fue la mano derecha y formula vicepresidencial del exministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón y otrora hombre de confianza del expresidente Juan Manuel Santos.  

Eastman

El abogado Eastman, ha trabajado para los gobiernos Pastrana, Uribe, Santos y Duque, en cargos de viceministro del Interior, Alto Comisionado Adjunto para la Paz, viceministro de Defensa en dos oportunidades, Consejero Presidencial para las Comunicaciones y en los últimos ocho años fundador y presidente de la compañía Eastman Consultores, una empresa dedicada a la resolución de conflictos, negociaciones y comunicaciones estratégicas, que según registros de la Cámara de Comercio de Bogotá, aparece activa.

Justamente, Eastman es considerado la piedra en el zapato del gobierno. Varios reproches recaen sobre el funcionario. El primero de ellos, es el represamiento de muchos de procesos inherentes a su cargo. Los nombramientos, la expedición de decretos, la coordinación de varios programas y proyectos no fluyen, y ministros y otros altos funcionarios del gobierno se quejan en privado por la falta de gestión de Eastman al considerar que no se ejecutan de manera oportuna. “Pareciera que el presidente Duque va a un ritmo y Jorge Mario Eastman va a otro”, señaló un alto funcionario consultado por API.

El otro asunto frente al director del Dapre, son sus relaciones con miembros del partido de gobierno, Centro Democrático. Al respecto, lo que se sabe es que directivos de la colectividad sienten que el funcionario no los representa, que no hizo parte de la campaña política y lo consideran como una persona que trabajó  en los últimos cuatro gobiernos.

Un funcionario de la Casa de Nariño, contó como anécdota que hace unas semanas, Eastman, en medio de la voluminosa carga de trabajo que existe en la presidencia, quiso hacer un alto en la labor para ir a recibir en Catam a un presidente que visitó Colombia y tomarse unas fotografías. Esta invitación, fue calificada como insólita teniendo en cuenta sus múltiples ocupaciones. No menos curioso resultó su reacción y declaración pública en la visita al Papa Francisco, “me había preparado para impactar al Papa. Cuando llegó el momento solo atiné a decirle ‘tocayo’, por eso de ser ambos Jorge Mario”, escribió en su cuenta de la red social twitter, una espontánea afirmación que generó críticas.

En concreto, los reparos a Eastman radican en su falta de liderazgo, estrategia, gestión y resultados en el cargo más determinante de apoyo al presidente de la República. Un asunto que ya empieza a generar fisuras en su relación con el mandatario y que ha generado mayor reflexión luego del resultado de las dos últimas encuestas en solo 100 días del gobierno. “Las encuestas hay que analizarlas, estudiarlas, reflexionarlas con humildad, con sentido crítico, uno no puede convertirlas en una especie de ancla emocional, ni ancla de gobierno, porque entonces los gobiernos pierden norte. Vamos a analizar estos resultados y vamos a seguir trabajando conforme lo hemos venido haciendo. Las encuestas son fotos de momentos. La actitud de mi gobierno es no alimentar la polarización”, señaló Duque públicamente.

No obstante, la inconformidad con el trabajo de Eastman es evidente. La Agencia de Periodismo Investigativo, conoció que en las últimas semanas la persona que ha empezado a cumplir un rol determinante en el gobierno es el exministro Sergio-Díaz Granados. Este abogado y político, quien actualmente se desempeña como director ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, es amigo personal del presidente Duque

No obstante, la inconformidad con el trabajo de Eastman es evidente. La Agencia de Periodismo Investigativo, conoció que en las últimas semanas la persona que ha empezado a cumplir un rol determinante en el gobierno es el exministro Sergio-Díaz Granados. Este abogado y político, quien actualmente se desempeña como director ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, es amigo personal del presidente Duque y sus familias se conocen, por eso, lo consulta con frecuencia. Se afirma que el primer mandatario viene haciendo algunas gestiones para que Díaz-Granados retorne a Colombia y entre oficialmente al gobierno, gracias, en gran parte, a que es considerado un ejecutor. 

Diaz-Granados

Sin embargo, ya hay quienes consideran que sería entregarle la columna vertebral de la administración Duque, a uno de los más cercanos al expresidente Santos de quien se proclama amigo personal. De hecho, en declaraciones públicas en noviembre de 2014 manifestó que llevaba 17 años con Santos y cuando le pidieron que renunciara al ministerio de Comercio Exterior lo hizo por compromiso con el entonces presidente y con el partido de La U, del cual fue su director, “A nadie le puede sorprender que sea cercano al presidente Santos y a sus tesis” advirtió el exministro. Será entonces, Duque, quien en las próximas semanas definirá la suerte de Eastman y de Sergio Díaz-Granados.

Entonces, lo que se preguntan en los círculos políticos, ante el vacío de poder en la Casa de Nariño, es quién está incidiendo en las decisiones clave del gobierno. Esta Agencia conoció que cada día se ha vuelto más relevante el papel de Clara María González, Secretaria Jurídica de Presidencia. Profesora de la facultad de derecho de Iván Duque en la Universidad Sergio Arboleda, reconocida abogada en derecho electoral y experta en arbitraje, tiene la confianza y el respeto de Duque, quien no firma un solo documento sin que tenga el visto bueno de ella. Por eso, ante la acumulación de trabajo de Jorge Mario Eastman, se ha consolidado como persona clave.

De hecho, los principales decretos de la administración Duque, que reflejan su programa de gobierno, la revisión con lupa a nombramientos, y varias designaciones en juntas directivas, en gran medida dependen del guiño jurídico que haga la funcionaria. Es así como varias personas han pasado por su cedazo y otras han quedado en el camino.

Además del rol de la Secretaria Jurídica, también se conoce el papel que están cumpliendo la Secretaria Privada, María Paula Correa y Luis Guillermo ‘Luigi’ Echeverry. Es bien sabido, que junto con el presidente Duque, fueron las personas que entrevistaron e hicieron la selección del actual gabinete. Sin embargo, Echeverry no está en el gobierno, fue designado representante del presidente en la Cámara de Comercio de Bogotá y recientemente en una carta pública, se fue lanza en ristre contra los críticos del gobierno Duque. 

Echeverry

“Si no apoyamos al que elegimos y que ha demostrado en pocos días ser capaz de manejar el ejecutivo con decencia y sin atropello, entonces, estaremos auto-condenados a seguir sufriendo a cuenta de discusiones falsetas, entre dañinos, mediocres, izquierdistas amanuenses del narcoterrorismo, y antagónicos dinosaurios maldadosos, como son algunos mediocres derechistas”, manifestó Echeverry.

Esto al interior de la Casa de Nariño. Sin embargo, hay tres casos que los propios ministros y altos funcionarios del Estado reconocen en privado como críticos. Se refieren al ministro de Defensa, Guillermo Botero, a la de Justicia, Gloria María Borrero y a la del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez.

Esto al interior de la Casa de Nariño. Sin embargo, hay tres casos que los propios ministros y altos funcionarios del Estado reconocen en privado como críticos. Se refieren al ministro de Defensa, Guillermo Botero, a la de Justicia, Gloria María Borrero y a la del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez.

En el caso de Botero, la situación no es nada fácil. Primero su designación sorprendió porque su amplia experiencia como dirigente gremial, lo proyectaba en un ministerio afín a asuntos económicos. Sin embargo, llegó a Defensa y sus primeros pasos fueron tambaleantes. Una situación, que según los expertos y un sector de los militares, obedece a su desconocimiento de las Fuerzas Militares y de Policía y en consecuencia de la seguridad ciudadana, de la cual se esperaban resultados inmediatos como quiera que fue la seguridad democrática el pilar del reconocimiento al gobierno Uribe.

Botero

Por eso, en sus primeras semanas, la información de operativos y resultados fue imprecisa, al punto que el propio presidente Duque tuvo que salir en su auxilio para precisar declaraciones erradas. El caso de alias ‘Guacho’ lo evidencia, no solo en este sentido, sino en la falta de resultados con anuncios que dejaron más dudas que certezas en la opinión pública sobre su fallida captura. En la segunda semana de septiembre anunció que el disidente guerrillero estaría gravemente herido. A ello se suma, su declaración en el sentido de que dineros ilícitos financian la protesta social y en consecuencia debía regularse. También generó polémica el reinicio de la fumigación con glifosato.

A la falta de resultados, y mostrando la captura de disidentes o delincuentes de bajo perfil como grandes operativos, sigue restando a su saldo de credibilidad. Además, la falta de definición en la cúpula de las Fuerzas Militares y de Policía, cuestionada por el mismo partido de gobierno, así como de algunos asuntos personales, tienen inquieto al presidente Duque y a los mismos militares. “El ministro Botero tiene poca representatividad entre nosotros, los generales y otros altos oficiales asisten a las reuniones sin el convencimiento frente a lo que les ordena”, indicó un alto oficial a esta Agencia.

En cuanto a Gloria María Borrero, ministra de Justicia, la situación no es la mejor. De hecho, la funcionaria recientemente sugirió su renuncia al cargo de no aprobarse la ley de reforma a la justicia. Aunque después se retractó, había señalado públicamente, “no se, de pronto volvería a insistir en marzo, pero indudablemente yo se que por uno de los aspectos que me invitó Iván Duque a hacer parte de su gabinete era por la reforma a la justicia y si esto no prospera hablaré con él y le pondré, como siempre lo tiene, el cargo a su disposición”. Expresó la ministra. 

Borrero

Pero este no es el único reparo. Cuando se conoció su nombramiento, la Rama Judicial, no lo vio con buenos ojos al argumentar que venía de la Corporación Excelencia en la Justicia. Al respecto, un magistrado señaló, “estaba en una agremiación que se ha dedicado a cuestionar al sector, a pesar de que no tiene experiencia en el litigio o en la carrera judicial”. A este hecho, se suman varios pronunciamientos, sobre la dosis mínima, la certificación de los padres que deben tener los adictos, el desconocimiento en el manejo del Inpec y sus equivocaciones frecuentes como vocera del sector en el gobierno. Por estas razones, se conoció que el presidente Iván Duque está inconforme con la funcionaria y las relaciones, como ha quedado evidenciado en el Consejo de Ministros, son cada día más distantes.

Bajo la política del gobierno Duque de no dar ‘mermelada’ a los congresistas, a la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, le ha correspondido una labor difícil. Sacar adelante una voluminosa agenda legislativa de inicio de mandato tratando de cambiar unas relaciones transaccionales con el Congreso

Bajo la política del gobierno Duque de no dar ‘mermelada’ a los congresistas, a la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, le ha correspondido una labor difícil. Sacar adelante una voluminosa agenda legislativa de inicio de mandato tratando de cambiar unas relaciones transaccionales con el Congreso. Sin embargo, arrancó su gestión con el pie izquierdo, al perder la elección de Contralor. Aunque el gobierno señaló públicamente que no intervendrían en el proceso, era evidente que el candidato más cercano a la administración era José Félix Lafaurie, sin embargo, y por primera vez en la historia un candidato que no era de los afectos de Duque como Felipe Córdoba ganó una elección que dependía de la aplanadora del gobierno en el Congreso, pero no lo logró.

Gutierrez

El cuello de botella de la ministra, según lo expresaron congresistas de todas las bancadas, es la falta de fluidez en las relaciones de la funcionaria con los parlamentarios. Tan complicada es la situación que ya hasta se habla de una ruptura con su propio partido, el Centro Democrático. Incluso, esta semana, los congresistas del uribismo le expresaron a Gutiérrez su inconformidad al señalarla de adelantar conversaciones con algunos miembros de la oposición encaminadas a lograr un acuerdo para la aprobación de la ley de orden público que le otorga al ejecutivo herramientas para adelantar procesos de paz, sin informarles los acuerdos pactados a la bancada de gobierno. Gabriel Santos, María Fernanda Cabal, entre otros uribistas pura sangre, lideraron la protesta partidista.

A este factor se suma la moción de censura contra el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, quien, por ahora, aguantó el chaparrón y salió avante, se logró con resultados muy divididos. Y ahora, Nancy Patricia Gutiérrez tiene que poner el pecho para defender la reforma tributaria, denominada por el gobierno como Ley de Financiamiento, la cual tiene, prácticamente, la oposición de todos los partidos. Por esto y en inicio de gobierno su papel es cuestionado tanto al interior como fuera del gobierno, un asunto que también tiene inquieto al presidente Iván Duque.  

Frente a los demás miembros de su gabinete, no hay señalamientos de fondo ni descontento. De alguna manera la opinión pública no los conoce, entiende que también están en proceso de aprendizaje y por ello tienen un compás de espera más amplio.  

En 100 días de gobierno, las cosas como en ningún mandato se ponen más difíciles. Con una oposición fortalecida por protestas en diversos sectores, con una defensa de gobierno frágil o casi inexistente y con una inconformidad manifiesta reflejada en las encuestas, es inminente que, aunque parece injusto como lo han planteado algunos sectores y expertos calificar al gobierno en tan poco tiempo, es evidente que Duque necesita ajustes en su administración y sobre todo que los funcionarios clave vayan al mismo ritmo de su jefe.

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