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Un tercio de los humedales de Bogotá desapareció en los últimos 50 años

Un estudio advierte que más del 35% de los humedales de la capital han desaparecido por contaminación, construcciones ilegales y falta de control ambiental.

Humedales de Bogotá
Por Agencia Periodismo Investigativo | Vie, 31/10/2025 - 12:20 Créditos: Humedales de Bogotá. Tomada de Alcaldía de Bogotá

Bogotá atraviesa una crisis ambiental silenciosa: más del 35% de sus humedales han desaparecido en medio siglo, lo que amenaza la disponibilidad de agua, la biodiversidad y el equilibrio climático de la ciudad. Así lo revela la investigación Humedales de Bogotá, sostenibilidad y ciencia ciudadana: guardianes de la biodiversidad que necesitan tu voz, desarrollada por el docente de Gestión Ambiental Ramón Gabriel Aguilar, del Politécnico Grancolombiano.

El estudio muestra cómo ecosistemas de gran valor ecológico, como La Conejera, Tibanica y Córdoba —reconocidos por la Convención Ramsar como zonas de importancia internacional—, enfrentan graves presiones por vertimientos ilegales, construcciones no autorizadas y uso inadecuado de sus recursos.

Los humedales son esenciales para el equilibrio natural: regulan el clima, purifican el agua y el aire, almacenan recursos hídricos y sirven de hábitat a especies únicas como la Tingua bogotana, la Ranita sabanera y plantas como el arboloco o la lenteja de agua. Además, funcionan como barreras naturales que reducen inundaciones y capturan dióxido de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático.

Bogotá cuenta actualmente con 17 humedales reconocidos y otros en proceso de inclusión, entre ellos Torca-Guaymaral, Córdoba, Tibabuyes o Juan Amarillo, Jaboque, Santa María del Lago, El Burro, La Vaca, Techo, Capellanía, Meandro del Say, Tibanica, El Salitre, El Tunjo, La Isla, La Tingua Azul y El Escritorio-Hyntiba. De ellos, once están amparados por la Convención Ramsar debido a su relevancia ecológica.

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Además de su valor ambiental, estos espacios también contribuyen al bienestar ciudadano. Sitios como el humedal Córdoba se han convertido en refugios para la recreación, el deporte y la contemplación, favoreciendo la salud física y emocional de los bogotanos. Sin embargo, la expansión urbana y la falta de conciencia ambiental los ponen en riesgo constante.

“Los humedales son el corazón ecológico de nuestras ciudades, pero los tratamos como terrenos vacíos. Si desaparecen, las urbes pierden su capacidad de respirar y de regular el agua”, advierte Aguilar, quien subraya la desconexión de la ciudadanía con su entorno natural.

Aunque Colombia cuenta con una normativa robusta para su protección —como la Ley 357 de 1997, el Decreto 1468 de 2018 y las Leyes 2469 y 2478 de 2025—, su efectividad depende del cumplimiento y la apropiación social. El investigador insiste en que “no se puede cuidar lo que no se conoce” y que es urgente reconocer y proteger los humedales que aún no están delimitados.

La educación ambiental y la participación ciudadana se perfilan como pilares fundamentales para revertir esta tendencia. Denunciar vertimientos, evitar rellenos ilegales y participar en jornadas de restauración son acciones que fortalecen la defensa de estos ecosistemas.

Además, expertos proponen incluir el tema en la Cátedra de la Paz, de modo que las escuelas y comunidades integren la protección de los humedales en sus proyectos educativos y planes locales de desarrollo. Solo así, aseguran, Bogotá podrá conservar sus pulmones verdes y garantizar el equilibrio ambiental de las próximas generaciones.

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