La JEP acredita como víctima del conflicto armado al río Cauca

A través del auto 226, la Sala de Reconocimiento de la Justicia Especial para la Paz (JEP), acreditó por primera vez a un río como víctima de graves afectaciones sufridas en el conflicto armado colombiano.

El auto de la JEP sostiene que el río Cauca se utilizó como fosa común de los grupos paramilitares con el apoyo de miembros de la Fuerza Pública, con quienes existió una alianza en el Cauca y el Valle del Cauca. 

La decisión fue tomada en respuesta a la solicitud presentada por los Consejos Comunitarios Afrocolombianos del norte del Cauca. Estos consejos han señalado las graves afectaciones sufridas por el río Cauca debido a su utilización como fosa común, el uso de mercurio en actividades mineras ilegales y el vertimiento de productos químicos derivados de la producción de sustancias ilícitas por parte de grupos al margen de la ley.

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La Sala de Reconocimiento detalló que durante el período comprendido entre 2000 y 2004, se llevó a cabo una conducta sistemática permitida por la Fuerza Pública y realizada por grupos paramilitares. Esta conducta consistió en el asesinato de personas y su posterior arrojo al río Cauca, con el objetivo de que nunca fueran encontradas.

Esta acción no solo tuvo un impacto devastador en la vida de las víctimas, sino también en el medio ambiente. Miles de cadáveres fueron lanzados al río, lo que afectó gravemente sus aguas y las especies que habitaban en él. Además, esta situación vulneró profundamente la relación que decenas de comunidades étnicas tenían con la naturaleza.

"La decisión también señala que los delitos contra la naturaleza constituyen graves infracciones contra el DIH que pueden constituir crímenes de guerra", relata la JEP en su auto.

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