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Así transcurre celebración del día de la Virgen de Fátima en Colombia
Devoción y fe en un homenaje religioso en diferentes regiones del país
Colombia vive una de las festividades religiosas más destacadas del país: la celebración de la Virgen de Fátima. Cada año, miles de fieles se congregaron en diferentes ciudades para rendir tributo a la Madre de Dios, expresar su gratitud por sus bendiciones y elevar plegarias por la paz y la unidad nacional.
En Bogotá, Cundinamarca, Boyacá, Antioquia, el Eje Cafetero, entre otras regiones, desde las primeras horas de la mañana se han efectuado diversas celebraciones religiosas que han concitado miles de feligreses.
Esta conmemoración, llena de emoción, se caracteriza por procesiones, cantos y oraciones que reflejaron la profunda devoción y amor que los colombianos sentían hacia la Virgen de Fátima.
La festividad en honor a la Virgen de Fátima rememora la primera aparición de la Virgen a los tres pastorcitos en Fátima, Portugal, en el año 1917.
Durante ese día especial, las iglesias se colmaron de creyentes que acudieron a misas y procesiones para rendir homenaje a la Virgen. Además, en algunas localidades se llevan a cabo actividades culturales y deportivas para celebrar esa ocasión significativa.
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La devoción hacia la Virgen de Fátima en Colombia fue un testimonio más del arraigo que la fe católica tiene en el país, así como del papel trascendental que la religión desempeña en la vida de los colombianos.
La historia detalla que los niños que presenciaron la aparición de la Virgen en Fátima relataron una experiencia extraordinaria. Mientras esperaban que la lluvia cesara, divisaron una misteriosa luz blanca oculta entre los árboles. Al acercarse, contemplaron a una mujer vestida de blanco, quien portaba un rosario entre sus manos.
Según la narración de los niños, esa mujer era la Virgen María. La Virgen les encomendó regresar al mismo lugar cada día 13 de cada mes y prometió revelarles tres secretos trascendentales sobre el futuro de la humanidad.
Los niños, fieles a su promesa, corrieron a compartir el asombroso suceso con los habitantes del pueblo y regresaron puntualmente cada día 13.
Lucía Dos Santos, una de las niñas pastoras que presenció las apariciones, documentó los relatos de esas visiones. La Virgen les anunció a sus primos, Francisco y Jacinta Marto, que morirían pronto.
Lamentablemente, esa profecía se cumplió, pues ambos hermanos fallecieron antes de cumplir los diez años, víctimas de la epidemia de la gripe española, con apenas dos meses de diferencia.
Durante las apariciones, la Virgen solicitó a los niños que rezaran el rosario diariamente y que añadieran al final de cada misterio la siguiente frase:
El primer secreto, una visión del infierno: La Virgen María mostró a los niños la visión aterradora del infierno y las consecuencias que aguardan a aquellos que no se arrepienten de sus pecados. Lucia, en sus escritos, describe a los demonios como criaturas horribles y repugnantes, con formas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros. Esta revelación impactante sacudió las conciencias de los creyentes, recordándoles la importancia de vivir una vida virtuosa y evitar la senda del mal.
El segundo secreto, una predicción de las guerras mundiales: La Virgen María también profetizó sobre eventos históricos importantes. Durante el papado de Pío XI, los niños afirmaron que la Virgen les reveló que la Primera Guerra Mundial llegaría a su fin, pero advirtió que si la humanidad no dejaba de ofender a Dios, comenzaría otra guerra aún más devastadora. Las palabras de la Virgen resuenan: "Dios castigará al mundo por sus crímenes a través de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre". Estas palabras sombrías, escritas por Lucía, resultaron ser proféticas, ya que la Segunda Guerra Mundial estalló poco después, confirmando así la visión de los niños.
El tercer secreto, un enigma enigmático: El tercer secreto de Fátima sigue siendo un misterio en sí mismo, y ha sido objeto de diversas interpretaciones a lo largo de los años. Lucía describe la visión de un ángel con una espada de fuego en la mano izquierda, exigiendo penitencia con una voz potente, mientras que el Papa y varios clérigos suben una montaña y son asesinados por balas y flechas de soldados. Además, Lucía relató que bajo los brazos de la cruz había dos ángeles, cada uno sosteniendo una jarra de cristal para recolectar la sangre de los mártires.
Esta revelación ha sido objeto de intensos debates y especulaciones. Algunos han interpretado esta visión como una representación simbólica de la transformación y desafíos que ha enfrentado la Iglesia a lo largo de la historia reciente, incluyendo la revelación de casos de pederastia dentro de la institución.
Otros sugieren que esta visión puede estar relacionada con el atentado sufrido por el Papa Juan Pablo II en 1981, cuando una bala casi le cuesta la vida.
Entre la fe, la devoción y las multitudes sigue la fiesta católica en casi todas las regiones de Colombia.
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