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“No es fácil ser la esposa de Benedetti”: Adelina Guerrero rompe el silencio
Relató cómo vivió el allanamiento a su casa y la crisis en Madrid.
Desde Barranquilla, Adelina Guerrero, esposa del ministro del Interior Armando Benedetti, conversó con Semana sobre la vida al lado de uno de los políticos más controvertidos del país.
En una entrevista extensa, abordó episodios personales y familiares que han estado en el centro de la atención pública, incluidos el allanamiento a su vivienda por parte de la Corte Suprema, la inclusión de su esposo en la Lista Clinton y los efectos de una crisis matrimonial que vivieron en Madrid en 2024.
Guerrero afirmó que convivir con un personaje público como Benedetti implica una carga emocional constante. “No es fácil ser su esposa”, dijo.
En el ámbito privado lo describe como un hombre íntegro, pero admite que la dimensión política de su vida está llena de sobresaltos.
Uno de los episodios más tensos ocurrió con el allanamiento a su residencia, ordenado por la magistrada Cristina Lombana en el marco de una investigación contra Benedetti.
Guerrero relató que, estando enferma, presenció cómo un contingente armado ingresó a su casa.
Según dijo, la magistrada le negó el derecho a contar con su abogado, le exigió entregar su teléfono y se negó a explicar los motivos del procedimiento, alegando reserva procesal.
“Se me vino encima cuando tomé una foto”, aseguró, cuestionando la proporcionalidad del operativo, que tenía como fin tomar fotografías y medidas del inmueble.
Dicha vivienda, según explicó, pertenece al productor de eventos Ricardo Leyva y fue habitada por la familia Benedetti tras un acuerdo informal de intercambio con un apartamento del entonces embajador. “Fue un canje de residencias”, resumió Guerrero.
Sobre la situación económica del ministro, Guerrero defendió que Benedetti no proviene de la pobreza.
Su padre, Armando Benedetti Jimeno, fue ministro y abogado, y su patrimonio, según ella, está justificado. Indicó que, incluso, un magistrado anterior a Lombana descartó un incremento patrimonial injustificado en sus investigaciones.
Guerrero también se refirió a las consecuencias de la inclusión de su esposo en la Lista Clinton. Asegura que fue un golpe devastador para la familia.
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“Nunca hemos estado involucrados en narcotráfico, y estar en esa lista junto a narcotraficantes es muy fuerte”, dijo.
Aunque no tienen cuentas ni propiedades en Estados Unidos, la sanción social ha sido tangible.
Benedetti, según explicó, no tiene tarjetas de crédito y debe cobrar su salario ministerial a través de un cheque bancario.
Al preguntársele si temen que Benedetti termine en prisión, Guerrero reconoció que es una posibilidad latente dada la cantidad de enemigos políticos.
Afirmó, sin embargo, que el ministro mantiene su respeto por la Corte Suprema, aunque criticó el accionar de la magistrada Lombana, a quien señala de extralimitarse en sus funciones y de haberla contactado para interrogarla en medio de la crisis matrimonial en Madrid, pese a no estar ella bajo investigación.
Sobre ese episodio en la capital española, Guerrero negó las versiones de agresión física y aseguró que se trató de una discusión de pareja que fue malinterpretada.
Explicó que se separaron por varios meses, pero retomaron el diálogo después de que Benedetti, tras un diagnóstico médico preocupante, decidió cambiar su estilo de vida.
Uno de los aspectos más sensibles de la conversación fue la mención al proceso de rehabilitación que enfrentó Benedetti para superar una adicción al alcohol.
Guerrero calificó de valiente la decisión de su esposo de internarse por 35 días en un centro especializado. “Hoy vive para nosotros”, declaró.
En cuanto a sus creencias religiosas, Guerrero afirmó que su fe católica ha sido fundamental para sobrellevar las crisis.
Reveló que ha influido en el reencuentro espiritual de Benedetti, quien ahora asiste a misa dominical y se confiesa una vez al mes.
Al ser consultada sobre su cercanía con figuras del círculo político del ministro, Guerrero se refirió a Juliana Guerrero, a quien conoció a comienzos de 2025 y de quien mantiene una buena impresión, pese a las controversias sobre sus títulos académicos.
También habló de Laura Sarabia, con quien aseguró que, tras una etapa de distanciamiento, retomaron el contacto.
Guerrero rechazó los señalamientos que la califican como sumisa. Cuestionó a sectores feministas que, según dijo, han sido los más críticos con ella.
“La mujer tiene derecho a apoyar a su pareja sin dejar de ser autónoma”, sentenció.
En el plano político, expresó sus preferencias para una eventual elección presidencial: respaldaría a Luis Gilberto Murillo o a Roy Barreras, pero descartó votar por Iván Cepeda.
Considera que el expresidente Álvaro Uribe sigue siendo una figura de gran influencia y calificó a Juan Manuel Santos como un actor que debería mantenerse al margen, pues “no pone votos”.
Finalmente, admitió que le gustaría que su esposo se retirara de la política. “Es un medio muy ingrato, lleno de intrigas”, dijo, aunque reconoció que Benedetti nació para ejercer esa vocación.
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