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Estados Unidos despliega el portaaviones Gerald R. Ford en el Caribe contra criminales transnacionales
La decisión forma parte de un conjunto de medidas que el Pentágono ejecuta desde mediados de año.
El Gobierno de Estados Unidos confirmó el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande de su Armada, en aguas del mar Caribe. La decisión forma parte de un conjunto de medidas que el Pentágono ejecuta desde mediados de año con el objetivo declarado de combatir las organizaciones criminales transnacionales dedicadas al tráfico de estupefacientes.
La operación se desarrolla bajo la jurisdicción del Comando Sur de Estados Unidos, responsable de las acciones militares en América Latina y el Caribe.
La medida fue adoptada por instrucciones del secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien argumentó que la presencia del grupo de ataque del portaaviones busca cumplir con la directiva presidencial de incrementar la presión sobre estructuras ilícitas transnacionales.
Según explicó el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, la misión tiene como propósito “detectar, monitorear y desmantelar” las actividades y actores que, a juicio del Gobierno estadounidense, amenazan la seguridad y estabilidad de su territorio.
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El grupo de combate encabezado por el Gerald R. Ford se suma a un contingente militar que ya se encuentra en la región desde el verano.
La operación, que se ha mantenido activa desde entonces, incluye la presencia de tres buques de asalto y transporte anfibio, aeronaves de combate F-35B, aviones de patrulla marítima P-8 y vehículos aéreos no tripulados tipo MQ-9.
Estos últimos operan desde una base aérea en territorio de Puerto Rico, desde donde se coordinan múltiples maniobras de vigilancia y ataque.
En las semanas recientes, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han ejecutado operaciones ofensivas que incluyeron la destrucción de embarcaciones presuntamente empleadas para el transporte de cargamentos ilícitos.
Las acciones se han desarrollado tanto en el Caribe como en el océano Pacífico, en zonas marítimas próximas a las costas de Venezuela y Colombia.
De acuerdo con los reportes divulgados, en al menos diez incidentes fueron destruidas lanchas rápidas y se registraron fallecimientos de varios de sus tripulantes, lo que ha generado reacciones desde los gobiernos de los países vecinos.
El pasado viernes, el propio secretario Hegseth informó sobre un nuevo operativo en el que una embarcación fue hundida por efectivos estadounidenses.
Según los reportes, la lancha estaba tripulada por integrantes de la organización conocida como Tren de Aragua, considerada por las autoridades de Estados Unidos como una estructura criminal transnacional.
Durante la acción, seis personas murieron. El Gobierno estadounidense las identificó como integrantes de una red vinculada al narcotráfico y al terrorismo, sin detallar información adicional sobre su nacionalidad o vínculos operacionales.
El aumento de la presencia militar en el Caribe ha generado un incremento en la tensión diplomática, particularmente con Venezuela.
La administración de Nicolás Maduro ha denunciado la incursión de operativos extranjeros en su jurisdicción y ha señalado que Estados Unidos estaría detrás de una estrategia que incluye acciones encubiertas en su territorio.
Las acusaciones surgieron luego de informaciones sobre la supuesta participación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en operaciones clandestinas dentro del país suramericano.
El presidente venezolano ha sostenido que su Gobierno enfrenta un intento de intervención extranjera que se justifica bajo el argumento del combate al narcotráfico.
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