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Colectivo de búsqueda advierte sobre utilización de tumbas para ocultar restos humanos en Sonora
El horror de tumbas clandestinas, desapariciones y otras evidencias de una barbarie.

Un colectivo dedicado a la localización de personas desaparecidas en México emitió una advertencia dirigida a la ciudadanía sobre una posible modalidad utilizada por grupos delictivos para esconder restos humanos en panteones del estado de Sonora.
La organización, identificada como Madres Buscadoras de Sonora, señaló que ha recibido información relacionada con la supuesta intervención clandestina de sepulturas ubicadas en el panteón del Carmen, localizado en Ciudad Obregón, donde, presuntamente, estarían siendo depositados restos de personas reportadas como desaparecidas.
Mediante la difusión de un mensaje en plataformas digitales, el colectivo solicitó la colaboración de personas que cuenten con perpetuidades o espacios funerarios en dicho cementerio, con el fin de que verifiquen el estado físico de las tumbas en las que descansan los restos de sus familiares, y confirmen que no hayan sido manipuladas o intervenidas sin autorización.
La alerta se basa en una denuncia anónima, recibida recientemente por el grupo, en la que se expone la posibilidad de que sujetos desconocidos estén utilizando los sepulcros existentes para ocultar restos humanos con el objetivo de evadir la acción de las autoridades y evitar su identificación.
De acuerdo con lo comunicado por la agrupación, las personas responsables de esta práctica estarían abriendo tumbas ya utilizadas para introducir bolsas que contendrían fragmentos óseos o cuerpos, envueltos y atados, correspondientes a víctimas de desaparición forzada.
Esta situación, según lo planteado por la organización, podría estar impidiendo que las familias de las personas desaparecidas accedan a información sobre el paradero de sus seres queridos, dificultando aún más el proceso de búsqueda e identificación.
El colectivo expresó que esta modalidad constituye una estrategia que aprovecha el carácter sagrado y privado de los cementerios como mecanismo de encubrimiento.
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Bajo esta lógica, argumentaron que los responsables estarían apostando por la improbabilidad de que se inspeccionen sepulturas ya ocupadas, lo cual facilitaría el ocultamiento de evidencia.
En su comunicado, la organización instó de manera directa a quienes tengan familiares enterrados en el panteón del Carmen a acudir al lugar, examinar los espacios de sepultura que les pertenecen y reportar cualquier indicio de alteración.
En palabras del grupo, revisar estos lugares podría contribuir al hallazgo de restos pertenecientes a personas actualmente desaparecidas.
Además, agradecieron a quienes han brindado información, especialmente a quienes, pese al riesgo, deciden compartir datos útiles de forma anónima.
Destacaron la importancia de estas colaboraciones ciudadanas para avanzar en las tareas de localización y recuperación de víctimas.
Hasta el momento de la emisión del comunicado por parte del colectivo, no se ha registrado ningún pronunciamiento oficial por parte de autoridades municipales, estatales o federales sobre la situación descrita.
Tampoco se ha confirmado el inicio de inspecciones formales en el cementerio señalado. Se desconoce si las dependencias encargadas de la procuración de justicia o los administradores del panteón han sido notificados formalmente o si han iniciado procesos de verificación.
La falta de respuesta institucional ha sido recurrentemente señalada por organizaciones dedicadas a la búsqueda de personas desaparecidas, que han manifestado su frustración ante lo que consideran una respuesta limitada o inexistente por parte del aparato gubernamental frente a las denuncias y hallazgos ciudadanos.
El colectivo Madres Buscadoras de Sonora se ha constituido como una agrupación integrada, en su mayoría, por mujeres que buscan a familiares ausentes desde hace varios años.
Su actividad incluye recorridos en zonas donde se presume podrían encontrarse fosas clandestinas, así como el levantamiento de reportes, la recolección de testimonios y la coordinación con otras organizaciones en distintas regiones del país.
El fenómeno de la desaparición forzada en México ha generado la creación de múltiples colectivos con objetivos similares, que ante la falta de resultados por parte de las autoridades, han optado por realizar investigaciones de forma autónoma.
Según registros oficiales y de organismos de derechos humanos, decenas de miles de personas continúan desaparecidas en el territorio nacional, sin que sus casos hayan sido esclarecidos.
En este contexto, la denuncia sobre la posible utilización de tumbas ya ocupadas para ocultar restos humanos añade una nueva dimensión a las estrategias de encubrimiento empleadas por estructuras delictivas, y pone de relieve los desafíos que enfrentan tanto las familias como las organizaciones sociales en su búsqueda por verdad y justicia.
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