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Detalles de lo revelado por los chats secretos de alias Calarcá bajo la política de Paz Total

Mensajes extraídos de sus dispositivos muestran órdenes de homicidio, ingresos de menores a las filas y compras de armamento mientras el Gobierno mantenía un cese al fuego con esta disidencia.

Alias Calarcá nov 25
Por Agencia Periodismo Investigativo | Mar, 09/12/2025 - 06:38 Créditos: Alias Calarcá nov 25. Tomada de Facebook: MIGUEL POLO POLO

Una serie de archivos digitales extraídos de los computadores de alias Calarcá, jefe de una facción disidente de las FARC, reveló el alcance de las operaciones criminales que su estructura mantuvo durante el periodo de negociaciones con el Gobierno bajo la política de Paz Total. Los documentos, divulgados por Noticias Caracol, dejan al descubierto órdenes de asesinato, reclutamiento de menores y compras de armamento mientras regía un cese al fuego bilateral.

Los mensajes intervenidos muestran que, con la reducción de la presión estatal, la organización aprovechó para fortalecer su actividad ilegal y expandir su presencia territorial. Según la investigación, durante este periodo el Estado Mayor Central pasó de estar activo en 66 municipios con 1.400 combatientes en 2022, a 110 municipios y cerca de 2.800 hombres en 2025, incremento vinculado al auge de economías ilícitas y al relajamiento de la ofensiva militar.

Entre los hallazgos más graves están las instrucciones directas de alias Calarcá para asesinar a firmantes del acuerdo de paz de 2016. El 6 de enero de 2024, en plena tregua, ordenó la muerte de Juan Gabriel Hurtado Bentancourt, excombatiente asentado en La Macarena, Meta. Los chats describen cómo se transmitió la orden y registran incluso fotografías de la víctima antes y después del crimen.

Tras el asesinato, la Asociación de Firmantes del Acuerdo de Paz denunció que la violencia contra exguerrilleros continúa en total impunidad, señalando que 482 firmantes han sido asesinados desde 2016.

Kayle Johnson, investigador de la fundación CORE, afirmó que estos homicidios vulneran el Derecho Internacional Humanitario y afectan directamente la implementación del acuerdo de paz.

Los archivos revisados incluyen imágenes de víctimas golpeadas, atadas y luego ejecutadas. A pesar de haber sido reconocido como negociador y beneficiarse de la suspensión de órdenes de captura, alias Calarcá continuó dirigiendo operaciones criminales, según la investigación. En uno de los hechos más controvertidos, una caravana de integrantes de su grupo, algunos sin suspensión de captura, fue detenida con armas, dinero y un menor de edad, a pesar de circular bajo protección de la UNP.

La defensora del Pueblo, Iris Marín, cuestionó los mecanismos de control del Gobierno: “La suspensión de órdenes de captura no se está usando únicamente para acudir a las conversaciones. Había personas no autorizadas, armas y un menor, y esto debió evaluarse con mayor rigor”.

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Los chats también dan cuenta del ingreso de menores a la estructura. El 8 de marzo de 2024, alias “El Mueco” notificó a Calarcá la incorporación de una niña de 14 años y de un adulto de 28, información detallada con datos familiares, nivel educativo y condiciones de salud.

La Defensoría del Pueblo recordó que la disidencia se había comprometido a no reclutar menores desde 2023, pero señaló que nunca se implementó un mecanismo eficaz de verificación. “Tenemos evidencia concreta de reclutamiento persistente por parte de la línea de Calarcá”, indicó Marín.

Los mensajes registran conversaciones con alias Richard Catatumbo sobre la adquisición de rifles Dragunov, fusiles Tavor y granadas para fusil. Este abastecimiento ilegal coincide con el aumento de presencia territorial del grupo y refuerza la alerta sobre el aprovechamiento del cese al fuego para expandir su capacidad ofensiva.

Mientras estos hechos se acumulaban, el presidente Gustavo Petro defendía públicamente la negociación, asegurando que su éxito dependía del compromiso de la disidencia con la no vinculación de menores y la protección de las comunidades.

María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, advirtió que cualquier representante de un grupo armado, al participar en una mesa de diálogo, debe garantizar gestos claros hacia la paz: “Si actúa en sentido contrario, incumple al Gobierno y al país”.

Los archivos revelados dejan en evidencia una contradicción profunda: mientras avanzaban los diálogos hacia la Paz Total, las órdenes de alias Calarcá reforzaban una estrategia de asesinatos, reclutamiento y expansión armada.

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