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Escasez de gas pondría en riesgo operación de más de 2.000 buses de TransMilenio en Bogotá

ProBogotá advirtió que el desabastecimiento de gas natural y el encarecimiento del energético podrían afectar la sostenibilidad financiera del sistema y presionar un alza en las tarifas del transporte público en la capital.

Estación de servicio de gas que abastece a Transmilenio
Por Agencia Periodismo Investigativo | Sáb, 13/12/2025 - 08:42 Créditos: Estación de servicio de gas que abastece a Transmilenio. Tomada de ProBogotá

La operación de TransMilenio en Bogotá enfrenta un escenario crítico debido a la escasez de gas natural y al aumento sostenido en el precio de este energético, una situación que podría comprometer el funcionamiento de más de 2.000 buses del sistema, según alertó ProBogotá Región.

De acuerdo con el centro de estudios, la capital será una de las ciudades más afectadas por la actual crisis energética, en un contexto marcado por la reducción de la oferta nacional de gas y una creciente dependencia de las importaciones. Esta combinación, advierte la entidad, impacta directamente el costo de vida, las tarifas del transporte público y la sostenibilidad de sectores clave de la economía.

El riesgo es especialmente alto para TransMilenio, que cuenta con 2.143 buses que operan exclusivamente con gas natural, equivalentes al 15 % de la flota del Sistema Integrado de Transporte Público. ProBogotá señaló que la posibilidad de una parálisis parcial del sistema es real, debido a que los contratos de suministro para estos vehículos vencieron en noviembre de 2025 y no han podido renovarse por la escasez del recurso en el mercado nacional.

Ante ese panorama, la única alternativa viable sería recurrir a gas importado, cuyo costo es considerablemente mayor. Según ProBogotá, esta opción no solo presionaría al alza la tarifa que pagan los usuarios, sino que también pondría en entredicho la sostenibilidad financiera del sistema de transporte masivo de la ciudad.

La alerta se produce en medio de la mayor tensión energética que ha vivido el país en las últimas dos décadas. Las reservas probadas de gas han caído un 45 % desde 2018 y los principales campos presentan declinaciones aceleradas. A partir de diciembre de 2025, Colombia enfrentará un déficit estructural creciente, que podría superar los 117 millones de pies cúbicos diarios en 2026 y aumentar de forma sostenida hasta 2029.

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Bogotá y el interior del país ya dependen parcialmente del gas importado que ingresa por Cartagena, un suministro más costoso debido a la distancia y a un esquema tarifario que, según ProBogotá, penaliza a las regiones alejadas de los puertos. Esta situación se refleja no solo en el transporte, sino también en la industria, que consume cerca del 27 % del gas nacional y ha comenzado a sustituirlo por combustibles más caros y contaminantes.

ProBogotá recordó que TransMilenio ha advertido desde 2024 al Ministerio de Minas y Energía y a la Comisión de Regulación de Energía y Gas sobre el riesgo de no contar con suministro suficiente, y ha solicitado que el transporte público masivo sea priorizado en la asignación del recurso.

La presidenta de ProBogotá Región, María Carolina Castillo, insistió en la necesidad de adoptar medidas inmediatas para estabilizar la oferta y evitar que el mayor costo del gas siga trasladándose a hogares, sistemas de transporte e industria. Entre 2021 y 2025, el precio promedio del gas se triplicó, un incremento que ya se refleja en los servicios públicos y en la competitividad de las ciudades.

Según la organización, si no se toman decisiones de fondo, el impacto recaerá directamente sobre los ciudadanos, quienes enfrentarán mayores costos en su economía cotidiana y posibles afectaciones en la prestación del transporte público en Bogotá.

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