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Los siete males de Haití
Desastres naturales, terrorismo, pobreza, hambre, enfermedades, migración y trata de personas, sus desgracias. La isla donde recien asesinaron a su presidente y con más de 1.500 muertos por el terremoto del sábado, implora ayuda.
Haití fue el primer país de América Latina y el Caribe en independizarse y la primera República de la región liderada por un afrodescendiente. Hoy clama ayuda humanitaria por el nuevo terremoto que deja más de 1.500 muertos, 7.000 heridos. Tras el asesinato de su presidente Jovenel Moise pasado 7 de julio, no cesan sus desgracias y revive el sino trágico que históricamente padece la nación marcada por el infortunio.
La también conocida como la república más pobre de occidente, con 11.26 millones de habitantes, se ha visto rodeada por sus propios catástrofes. La pobreza recorre las calles, presuntos mercenarios acabaron con la vida de su presidente, pero hay más. Las enfermedades aumentan y las jornadas de vacunación no surgen, hay hambre entre los niños, corrupción y la migración, así como la trata de personas es un factor común entre los haitianos.
Su independencia se logró luego del reclamo de los esclavos, durante agosto de 1791, por la abolición de la esclavitud y la igualdad con los blancos, inspirados por la Declaración de Derechos de la Asamblea Constituyente. Así, tras su revolución de independencia se inauguró el ciclo de las emancipaciones junto a la redefinición de la libertad, la edificación de un Estado negro anticolonial y antiesclavista y el enfrentamiento victorioso con una potencia colonial.
Sin embargo, la inestabilidad política, los disturbios sociales y los desastres naturales han estancado a Haití entre los países más pobres y menos igualitarios del mundo. A ello se suma que, en medio de la situación social, el pasado 7 de julio, personas armadas ingresaron a la residencia de Jovenel Moise, presidente haitiano, dispararon contra él y su esposa en medio de un asalto en el barrio de Pelerin de Puerto Príncipe.
Además, un mes y dos días después del asesinato del primer mandatario, un terremoto de magnitud 7.4 sacudió la isla, hay alerta por una depresión tropical y se acerca un ciclón. Frente a la situación, la viuda, Martine Moïse, expresó a través de la red social Twitter “juntemos nuestros hombros para traer solidaridad. Es esta conexión la que nos hace fuertes y resistentes. Coraje. Siempre estoy a tu lado."
Desastres naturales
El 12 de enero de 2010 la Red Sísmica de Puerto Príncipe reportó un terremoto en Haití. Ocurrió a las 16:53:10 (hora local) con una magnitud 7.0 en la escala de Richter, un movimiento que fue también reportado en República Dominicana, Islas Turcas y Caicos, Cuba, Jamaica, Puerto Rico, Tampa (Florida) y Caracas (Venezuela).
El hecho dejó alrededor de 220.000 muertos y el 65% de las construcciones en la zona metropolitana de Puerto Príncipe-Pétionville totalmente colapsadas o con alto grado de destrucción. Tras una década del desastre natural, Antonio Guterres, Secretario General de la Organización de Naciones Unidas expresó por medio de un video: “Hoy recordamos a los cientos de miles de haitianos que perdieron la vida en el devastador terremoto que asoló su país hace diez años, y a los millones de personas que se vieron gravemente afectadas por esa catástrofe”.
Allí, la ONU perdió 102 miembros de su personal debido al terremoto después de que el Hotel Christopher, que albergaba su sede, colapsara. Ese día el comando de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (Minustah) perdió al representante especial del Secretario General en el país, Hédi Annabi, su segundo Luiz Carlos da Costa, y el comisionado de policía interino, Doug Coates de la Policía de Canadá.
Tras el desastre, el Consejo de Seguridad autorizó un aumento de 3.500 efectivos de mantenimiento de la paz para Haití, que se sumaron a los 9.000 que ya estaban en el país para reforzar a la Misión de Asistencia la ONU y ayudar con los esfuerzos de recuperación, reconstrucción y estabilidad.
Por su parte, ya para septiembre de 2011, la Organización Internacional para las Migraciones informó que del 1.5 millones de personas que vivían en campamentos, se redujo a menos de 550,560. Además, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) aseguraron que cerca de 85 hogares recibieron casas permanentes, 194,000 familias habían recibido al menos un kit de higiene y otros 179,645 recibieron materiales para alojamiento de emergencia.
Pero las visicitudes continuaron. La violencia y el crimen constituían una amenaza para las vidas de los más vulnerables de la sociedad, en particular para las mujeres, los jóvenes y los niños, las personas discapacitadas o enfermas y los ancianos.
En medio de todo, llegó octubre de 2016 con el huracán Matthew de categoría 4. El hecho natural provocó alrededor de 600 muertes, afectó a 2,1 millones de personas y causó daños considerables que llevó a una pérdida del 32 % del PIB del país.
Después de once años del terremoto y cinco del huracán, surgió una sacudida más fuerte tras la acribillada del mandatario, Jovenel Moise. Este sábado un terremoto de magnitud 7,2. localizado a 125 kilómetros al oeste de la capital de Puerto Príncipe, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Por los hechos, el primer ministro Ariel Henry, declaró un mes de estado de emergencia para todo el país. Según el funcionario algunas ciudades fueron arrasadas casi por completo.
"Lo más importante es recuperar tantos supervivientes como sea posible bajo los escombros", expresó. “Hemos aprendido que los hospitales locales, en particular el de Les Cayes, están abrumados por personas heridas y fracturadas”, indicó a los medios locales.
Mientras tanto, los centros de atención de salud están desbordados, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó una respuesta inmediata y nombró a la administradora de USAID, Samantha Power, como la funcionaria principal que coordina el esfuerzo de Estados Unidos para ayudar a los habitantes de la isla.
Por su parte, Argentina y Chile ofrecieron su ayuda y preparan ayuda humanitaria. Mientras que Colombia envió un grupo de rescatistas compuesto por 25 unidades del Cuerpo Oficial de Bomberos y 5 unidades entre la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y la Cruz Roja.
Pobreza
Haití es conocido como uno de los países más pobres de América Latina. Allí se presentan altos índices de inflación y pobreza. Hay escasez de alimentos y combustible, además de alto desempleo.
El 60 % de la población haitiana, es decir 6,3 millones de personas, sigue siendo pobre y el 24 %, o 2,5 millones, una cuarta parte de sus habitantes, se encuentran en situación de pobreza extrema. Mientras que los mayores niveles de miseria se registran en las zonas rurales, el crecimiento económico de Haití ha sido débil, con un PIB promedio de solo 1,3 % entre 2015 y 2018.
Incluso los datos preliminares de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, dan cuenta de que la economía haitiana cayó al menos 3% para 2020. Hay una inflación del 25% y la inseguridad alimentaria crónica representa el 50%.
Por su parte, Acción Contra el Hambre informó que la mitad de los haitianos vive bajo condiciones de inseguridad alimentaria crónica. “El 22% de los niños sufre desnutrición crónica. El hambre en Haití va más allá: de los 2,1 millones de personas afectadas por el huracán Mathew en octubre de 2016, un millón sigue necesitando ayuda humanitaria”, destaca un informe de la ONG.
Hambre
A los desastres naturales y la pobreza de la isla, se suma el hambre que para mayo de 2021 dejó a niños menores de cinco años desnutridos. Una cifra que podría duplicarse este año debido a la crítica situación. Incluso, según alertó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), algunos de ellos podrían morir si no reciben tratamiento oportuno.
De esta forma, los más recientes datos anuncian que la cuarta parte de la población padece hambre, es decir el 25% de la población, mientras que alrededor de 4,4 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, incluidos 1,9 millones de niños. Por las cifras y frente a la situación de seguridad por los desastres naturales, Jean Gough, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, expresó que “para salvar la vida de los niños en Haití, debemos tratar ahora mismo la desnutrición aguda grave”.
Sin recursos, los niños pueden morir “No podemos mirar hacia otro lado e ignorar una de las crisis humanitarias con menos financiamiento de la región. Sin fondos urgentes adicionales en las próximas semanas, tendremos que suspender el tratamiento vital que estamos brindando contra la desnutrición y algunos niños podrían morir”, recalcó.
Insalubridad
A los males de Haití se le agrega la crisis que se vive en los servicios de salud debido a la pandemia del coronavirus, además de que la vacunación infantil que se ha disminuido. Menos del 10% de los niños haitianos ha sido vacunado y cerca del 60% vive sin protección suficiente, informó Unicef.
Además, cuatro de cada diez menores del grupo no inmunizado viven en entornos urbanos empobrecidos que carecen de acceso a los servicios esenciales y están expuestos a la violencia. Y aunque para enero de 2020, la ONU anunció “Haití cumple un año libre de cólera”, han muerto casi 10.000 ciudadanos en la última década por esa enfermedad.
Entretanto, frente a la pandemia del Covid-19, Haití recibió 500.000 dosis de vacunas donadas por Estados Unidos a través del mecanismo Covax. En medio de la crítica situación, 23 millones de niños no han recibido siquiera las vacunas básicas. Según Unicef, alrededor de 17 millones de menores probablemente no recibieron ni una sola vacuna durante el año.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud, OMS, dio a conocer que la situación empeora por las interrupciones debidas al coronavirus, pues no se trata solo de Haití, sino que el panorama en la región de las Américas es “preocupante”. “Estas cifras son alarmantes y sugieren que la pandemia está echando por tierra años de progreso y exponiendo a millones de niños a enfermedades mortales y prevenibles”, afirmó el director general de Gavi, la Alianza para las Vacunas, Seth Berkley.
Sin embargo, en el terreno se tropieza con la falta de electricidad y desinformación sobre las vacunas. Pero con todo y los obstáculos, en el Hospital Saint-Damien se inició la aplicación de dosis, así como en tres centros de inmunización en el área metropolitana.
Según Unicef, se espera que en las próximas semanas entren en funcionamiento 22 nuevos sitios. Mientras tanto hay un total de 483 sitios de vacunación identificados para ser establecidos en todo el país. La pandemia crece, el más reciente informe de la Universidad de Johns Hopkins da cuenta que Haití tiene 20.507 casos confirmados y 576 muertos por la pandemia.
Migración y trata de personas
En medio del caos de la isla, las personas buscan cumplir “el sueño americano” o mejores posibilidades en otros países. En la última década, más de 1,6 millones de personas abandonaron Haití hacia Colombia, Perú, Chile, Brasil, Ecuador; países estratégicos para llegar a Estados Unidos.
Según Insight Crime, funcionarios del gobierno en Brasil dieron a conocer que los traficantes están trasladando a los migrantes haitianos a través de la frontera del país con Perú. Mientras que durante el último mes llegaron a 10.000 haitianos a Necoclí, Antioquia, donde llegan buscando atravesar el Darién en su ruta hacia Norteamérica.
Para evitar el abuso de los migrantes, lograr una gestión migratoria y desarrollo de capacidades luego de años de agitación que han causado desplazamientos internos e internacionales, migraciones forzadas, la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, abrió el primer Centro de Servicios de Visas para Chile en Haití, a fin de ayudar a los migrantes a encontrar caminos legales hacia el país sudamericano.
"La migración segura es esencial y garantiza que los migrantes tengan vías legales para buscar empleo y servicios sociales y les permita integrarse mejor en su país de acogida. La importancia de este documento es permitir que los niños no se separen de sus familias, así como darles protección, dignidad y bienestar", aseguró Joe Millman, portavoz de la OIM.
No obstante, durante los últimos años se ha registrado la deportación de 142 haitianos desde Bolivia y quedaron en manos de Migración Colombia, otros tantos fueron encontrados en camionetas de ciudadanos siendo transportados de forma ilegal.
En medio del panorama haitiano, en 2020 se informó que la cartera del Banco Mundial en Haití, incluye 20 proyectos activos por un compromiso total de US$866 millones. Abarca los sectores de energía, educación, salud, agricultura, agua y saneamiento, desarrollo del sector privado, turismo y cultura, infraestructura y fortalecimiento institucional, desarrollo urbano impulsado por la comunidad y gestión del riesgo de desastres.
Por su parte, la cartera de la Corporación Financiera Internacional, IFC comprende 11 proyectos. Un compromiso inicial de US$116 millones y un saldo pendiente actual de US$ 42,7 millones.
Como un paliativo a las múltiples tragedias que padece Haiti, el Banco Mundial espera continuar apoyandolo a través de su programa en curso, estrechamente relacionado con las prioridades del Gobierno. Este se centra en el crecimiento inclusivo para respaldar el desarrollo de mayores oportunidades económicas no solo en la capital Puerto Príncipe. Además del capital humano para apoyar la reducción de la pobreza mediante inversiones en educación y salud y el fortalecimiento de la resiliencia. Esa que tienen sus habitantes en un país que de nuevo necesita de la solidaridad mundial y que clama para que la naturaleza no se ensañe de nuevo.
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