Hace tres semanas se conoció que el exrepresentante del futbolista Santiago Arias, un polémico empresario, quien estuvo en la Lista Clinton, demandó al deportista buscando una millonaria suma por supuesto incumplimiento en un porcentaje por sus derechos deportivos. Hoy, el litigio avanza y la contraparte de Arias identificó dos valiosas propiedades en Neiva (Huila) y a mediados de esta semana solicitó al juez civil que lleva el proceso, una medida cautelar a fin de garantizar el giro estimado en tres millones de euros por parte del jugador. Así mismo, pidió la práctica de varias pruebas con las que le tendió un cerco legal para presionar un cuantioso pago.
Varias comunicaciones privadas, recopiladas por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, y enviadas a Arias por Arieh Guberek, el empresario reclamante, hacen parte del dossier con el que se busca que la justicia emita un fallo que obligue al pago por parte del futbolista del Atlético de Madrid y la Selección Colombia.
Tres meses antes de que Arieh Guberek Grimberg, un administrador de empresas cuyos ingresos económicos se han derivado de su actividad comercial en el mundo textil, de confecciones y deportivos, demandara a quien fue su antiguo representado el futbolista, Santiago Arias Naranjo, le envió un mensaje por whatsApp a las 6:12 am: “Santiago buenos días. He conversado con mi abogado quien me ratifica que ya fue negociado en el Atlético de Madrid. Lo felicito. De acuerdo a nuestra última conversación, dígame cómo hacemos para que me entregue lo que me corresponde por el 3.75% de esta venta, cuando y donde me lo entrega. Quedo pendiente de su respuesta, Arieh”.
Pero éste no fue el único mensaje que le envió el empresario al lateral derecho de la Selección Colombia. Minutos después, a las 6:19 a.m, volvió a escribirle “Lo correcto es que cuando ya hubo una venta como ud lo dijo en su último escrito, dejemos este tema cerrado”, y agregó, “Me gustaría que esto se resuelva amigablemente y por lo tanto le hago una invitación a responder mis mensajes”.
Visiblemente molesto porque el jugador no respondía sus mensajes, Guberek no esperó mucho tiempo y volvió a escribir a las 6:38 am, manifestándole que cuando el futbolista quiso salir del equipo de fútbol de Bogotá, La Equidad, él había puesto el pecho, su nombre e integridad. Le advirtió que le había conseguido los clubes “que lo llevaron a donde está hoy”. Finalizó el chat diciéndole que los dos habían acordado un 50% de los derechos deportivos y que cuando llegó al club PSV “nos quedamos con 7.5% de lo cual solo estoy reclamando mi 3.75%”.
Sin respuesta a los mensajes el empresario, finalmente, a las 7:11 a.m envió un último mensaje. “Por último no quiero pelear, quiero que seamos correctos, hacemos las cosas correctamente, se deja todo resuelto en base a unos acuerdos que hagamos y cada uno sigue su camino en paz. Le dejo esto en buenos términos y quedó pendiente de su respuesta”. Le advirtió Arieh Guberek.
El acuerdo del que hace referencia Guberek en el chat con Santiago Arias, conocido por esta Agencia, es un convenio que suscribieron el 20 de mayo de 2011. Un contrato de cesión de derechos en el que el futbolista cedía en forma gratuita el 50% de sus derechos deportivos, económicos y de inscripción a Arieh Guberek Grimberg, por tiempo ilimitado.
Es decir, el futbolista se comprometió a entregar el 50% de las sumas de dinero recibidas por cualquier transferencia nacional o internacional. Esto sin importar si se trataba de derechos deportivos, derechos económicos, derechos de inscripción, bono pro firma o signing bonus.
Pero esta no fue la única obligación que contrajo Arias con su exempresario. También se comprometió a informarle previamente y por escrito cualquier propuesta de contrato de trabajo que implicará la transferencia a un club nacional o extranjero. Lo propio debía hacer si la propuesta era de un contrato de intermediación con un agente de jugadores licenciado por la Federación Colombiana de Fútbol o por otra asociación nacional.
Según Guberek para la época en la que suscribió el contrato de cesión de derechos con Arias, el futbolista no tenía un agente que lo representara ni tampoco gozaba de algún apoyo. Otro de los puntos que resalta es que no ejercía ninguna influencia en las decisiones sobre el futuro deportivo que eligiera Arias. En otras palabras, Arias, según el empresario, tenía la libertad de elegir la propuesta de contrato de trabajo o de intermediación que quisiera sin necesidad de consultarle a Guberek.
Además del contrato que firmó Arias con su representante, los convenios internacionales que suscribió el futbolista son la base mediante la cual el empresario busca demostrar el incumplimiento en el pago de las obligaciones. Por ejemplo, el firmado el 21 de junio de 2011 entre Arias y el Club Sporting Sad de Portugal. En virtud de este, Arias pactó para la temporada deportiva 2011-2012 una asignación anual de 261.120 euros, pagaderos mensualmente en su equivalente de 34.850 euros. Es decir, $89’425.100, ya que el precio del euro para julio de 2011 estaba en $2.566.
Para el siguiente año, Arias pactó un ingreso anual de 318.000 euros. Que se incrementó en la temporada 2013-2014 a 418.400 euros. En el periodo 2015 fue de 501.696 euros, y según el contrato su último año en el Club portugués, pactó un salario anual de 585.600 euros. Es decir, que para el último año de contrato, el futbolista colombiano acordó un salario mensual de $140 millones. De la misma forma, el futbolista definió con el Sporting una cláusula de recisión del contrato por 20 millones de euros.
Frente a estos valores acordados con el club lusitano, Arias le pagó a Guberek inicialmente 250.000 euros. Pero de allí en adelante, empezaron los problemas entre las partes porque, según Guberek, en las temporadas 2011-2012; y 2012-2013 no canceló el 50% del dinero recibido por Arias, según lo habían pactado en el contrato con el empresario.
Vinieron buenas noticias para el futbolista. Gracias a su buen desempeño, disciplina y trabajo, en Portugal llegó otra oferta del fútbol europeo y el 13 de julio de 2013 fue transferido al PSV Eindhoven de Holanda y casi dobló su salario. Entonces, según el empresario, sucedió lo mismo. Arias le pagó 100.000 euros por su gestión pero para los años siguientes no cumplió con el giro correspondiente del 50% por todo concepto. Esto es, desde el 13 de julio de 2013 hasta el 13 de julio de 2018, en donde reitera Guberek, en su demanda civil, no le canceló 1’187.500 euros.
Pero las aspiraciones económicas del empresario se ampliaron a la Selección Colombia. Afirma que Arias tampoco le canceló el 50% por concepto de derechos de imagen, participación del combinado patrio en las eliminatorias y los mundiales 2014 y 2018, por lo cual dice que le adeuda otros $1.000 millones.
Llegó luego el traspaso más importante del futbolista en su destacada carrera internacional. El 31 de julio de 2018, fue transferido al Club Atlético de Madrid, por una millonaria cifra. En este negocio, dice Guberek que Arias le negó la entrega del porcentaje correspondiente.
Así las cosas, el paso de Santiago Arias por los equipos de Portugal, Holanda, España y sus exitosas actuaciones con la Selección Colombia, se han convertido en el dolor de cabeza por las pretensiones de su antiguo empresario Arieh Guberek que en total suman 2’489.560 euros por los clubes y otros $1.000 millones por el combinado nacional. Una cifra total que en pesos asciende a los $9.462 millones, sin contar los intereses de mora que está solicitando el empresario.
Lo cierto es que, según afirmó una fuente que conoce a las partes, Santiago Arias era muy amigo de los hijos de Guberek y ello contribuyó a la firma del contrato con confianza. Igualmente, se conoció que el futbolista se distanció del empresario cuando supo que fue incluido e la denominada Lista Clinton, un mecanismo de la justicia de Estados Unidos para bloquear a personas con actividades asociadas al narcotráfico y al lavado de activos. Guberek, ingresó a esa lista el 9 de julio de 2013 y salió de ella el 29 de abril de 2015. "De no ser por Guberek, Santiago no hubiera sido lo que es hoy. La relación entre ellos era muy estrecha. La Equidad no vende, tiene cláusulas de rescisión imposibles y maltrata a los jugadores", aseguró la fuente que pidió no ser citada. Por ahora, el deportista y su abogado no se han pronunciado frente al litigio.
Paradójicamente, en un país que se caracteriza por la lentitud en la justicia, el proceso avanza. Los demandantes ya identificaron algunas propiedades que aparecen a nombre del futbolista colombiano. En concreto, dos inmuebles ubicados en la ciudad de Neiva. Uno de ellos, un apartamento en donde Arias vivió con su esposa, la opita Karim Jiménez. Frente a este asunto se ha solicitado a la juez del caso, como medida cautelar, la inscripción de la demanda sobre los folios de matricula inmobiliaria. En otras palabras, ello significa que si alguien desea comprarlo aparecerá que son bienes en problemas.
No la tiene fácil el futbolista Arias. Además de la presión mediática que se ha generado al conocerse el asunto, también le solicitaron a la juez que le ordene al jugador exhibir todos sus contratos. También que se oficie a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian, para que certifique la suma de dinero sobre la cual declaró desde el año 2014 a la fecha. Mismo procedimiento con la Federación Colombiana de Fútbol, entidad a la que se le solicitó a la funcionaria judicial requiera los contratos celebrados por su participación en los mundiales Brasil 2014 y Rusia 2018.
Es la otra cara del deporte. Una de las motivaciones del futbolista para ceder el 50% de sus derechos deportivos a Guberek, mediante un contrato de dos páginas y en el cual no se definió una fecha de finalización del acuerdo, obedece a que el jugador terminó el contrato de trabajo en 2011 porque La Equidad como empleador le pagaba de manera irregular su salario, aportes a la seguridad social y realizaba una liquidación inadecuada de vacaciones, cesantías, primas y demás derechos laborales. Hoy, quien fuera su salvador es ahora su demandante.