Publicidad
Publicidad
Álvaro Uribe y Germán Vargas Lleras: la apuesta por una alianza opositora de cara al 2026
Detalles de los acercamientos entre los jefes de los partidos Centro Democrático y Cambio Radical.

El tablero político colombiano empieza a reacomodarse a poco más de un año de las elecciones presidenciales de 2026. Una de las movidas que más expectativas genera es la posible alianza entre Álvaro Uribe Vélez y Germán Vargas Lleras, expresidente y exvicepresidente, que representan a dos de las fuerzas más influyentes de las últimas dos décadas: el Centro Democrático y Cambio Radical.
Lo que hasta hace unos meses parecía improbable empieza a tomar forma con reuniones discretas, declaraciones públicas y la organización de una gran cumbre opositora.
El factor que une a estos dos líderes es su crítica al Gobierno de Gustavo Petro. Desde orillas distintas, Vargas Lleras y Uribe han cuestionado las reformas sociales que el Ejecutivo ha impulsado en materia de salud, pensiones y trabajo. Vargas Lleras, en su columna habitual y en entrevistas recientes, ha insistido en que la oposición debe presentarse con un candidato único en 2026 para evitar lo que llama un “suicidio político”.
Uribe, por su parte, ha reiterado que la unidad no puede limitarse a la burocracia, sino que debe estar cimentada en “principios de defensa de la libertad económica y la seguridad”. Ambos coinciden en que la dispersión electoral favorecería al oficialismo y que es necesario un bloque sólido que logre capitalizar el descontento con la actual administración.
Una relación marcada por la distancia y los reencuentros
Aunque comparten un electorado ubicado en la derecha y el centro-derecha, las trayectorias de Uribe y Vargas Lleras no siempre han sido paralelas.
Durante los gobiernos uribistas, Cambio Radical fue un aliado clave en el Congreso, pero Vargas Lleras buscó siempre preservar un espacio propio que lo diferenciara del uribismo más radical.
En la última década, la distancia se profundizó: mientras Uribe se concentró en defender a su partido y en mantener la narrativa de seguridad democrática, Vargas Lleras intentó consolidar su perfil como candidato presidencial, incluso enfrentando críticas por su estilo de liderazgo y los escándalos que rodearon a su partido.
Hoy, sin embargo, la necesidad de reagrupar a la oposición parece ser más fuerte que las diferencias históricas.
La cumbre de la oposición
Lo que se proyecta como un punto de inflexión es la posibilidad de una cumbre que preparan el Centro Democrático y Cambio Radical.
La agenda del encuentro incluye la discusión de una estrategia común para las elecciones, una hoja de ruta legislativa y la eventual convocatoria a una consulta interpartidista en marzo de 2026.
En esa consulta se definiría un candidato único de oposición. Los organizadores han señalado que la cita abordará temas como la reforma tributaria, el futuro del sistema de salud, el presupuesto nacional y hasta la idea de una asamblea constituyente.
Lea también: (Champions League: así se juega la jornada de jueves con horarios y canales en Colombia)
El solo hecho de que ambas colectividades se sienten en la misma mesa ya envía una señal al escenario político: la oposición empieza a buscar mecanismos de coordinación real.
Obstáculos en el camino
La alianza no está exenta de riesgos. Por un lado, las tensiones internas: Vargas Lleras aspira a encabezar la carrera presidencial, mientras que Uribe busca recuperar terreno con una lista al Senado, en la que ocupará el escaño 25. Todo depende en el caso de Uribe del fallo del Tribunal Superior de Bogotá.
Otro reto son las diferencias programáticas. Aunque ambos partidos defienden una agenda de libre mercado y seguridad, sus bases difieren en el alcance de las reformas sociales, la política de justicia y los acuerdos con sectores regionales.
A ello se suma la percepción ciudadana: la alianza podría ser interpretada como un pacto de élites que busca mantener cuotas de poder más que proponer un proyecto renovador.
Escenarios posibles
De concretarse la coalición, el panorama electoral de 2026 podría transformarse. Con un candidato único opositor respaldado por Uribe y Vargas Lleras, la derecha y el centro-derecha tendrían mayores posibilidades de disputar la segunda vuelta frente al Pacto Histórico
Si la alianza se limita a una coordinación legislativa, sin definición presidencial, la oposición podría ganar músculo en el Congreso, pero correría el riesgo de llegar dividida a la contienda. El tercer escenario es el del fracaso de la alianza, lo que dejaría al petrismo en ventaja frente a una oposición fragmentada.
En este contexto, la posible unión de Álvaro Uribe y Germán Vargas Lleras marca un hito en la recomposición política de Colombia.
No se trata solo de una alianza coyuntural contra el Gobierno de Petro, sino de un movimiento que podría redefinir las fuerzas de derecha y centro-derecha en el país.
El desenlace dependerá de la capacidad de ambos líderes de superar desconfianzas, construir un programa común y convencer al electorado de que esta no es simplemente una suma de intereses, sino una alternativa real de gobierno.
Por ahora, la política colombiana observa con expectativa un acercamiento que podría alterar las coordenadas del poder en las próximas elecciones.
Otras noticias
Etiquetas