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Netanyahu advierte sobre el riesgo de una confrontación nuclear y reitera postura contra el liderazgo iraní
Tensión entre las naciones.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó este lunes que la actual confrontación con la República Islámica de Irán se encuentra en un punto límite que, de no ser contenido, podría desencadenar un conflicto de dimensiones nucleares.
Las declaraciones se produjeron durante una entrevista concedida al medio estadounidense ABC News, en la cual el jefe del Gobierno israelí abordó los recientes señalamientos sobre un supuesto plan para asesinar al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí.
Consultado específicamente por el periodista sobre la posibilidad de que Israel haya considerado la eliminación de Jameneí como una medida estratégica, Netanyahu sostuvo que, en su opinión, dicha acción no agravaría el conflicto, sino que lo concluiría. “No escalaría el conflicto, lo pondría fin”, señaló.
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Su respuesta se dio en el marco de una pregunta relacionada con una versión según la cual el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, habría bloqueado un intento de Israel para ejecutar ese plan, por considerar que podría intensificar las hostilidades en la región.
El líder israelí no confirmó ni negó directamente la existencia de tal operación, pero dejó entrever que su Gobierno actuará conforme a lo que considere necesario para garantizar su seguridad. “Israel hace lo que tiene que hacer”, indicó, al tiempo que reiteró que el objetivo es detener lo que calificó como una agresión prolongada por parte del régimen iraní.
Netanyahu argumentó que Teherán no busca una solución diplomática, sino una confrontación sostenida que podría implicar un riesgo nuclear para la región y para el mundo. “La guerra sin fin es el objetivo de Irán, y nos están llevando al borde de una guerra nuclear”, manifestó.
Asimismo, señaló que la respuesta de su Gobierno consiste en oponerse directamente a lo que definió como un avance sistemático de las estructuras armadas y políticas del Estado iraní, las cuales —según dijo— estarían empleando su influencia para desestabilizar varios frentes en Oriente Medio.
Las declaraciones del primer ministro se producen en un contexto de tensiones elevadas en la región, marcadas por recientes enfrentamientos entre milicias respaldadas por Irán y fuerzas israelíes en zonas como el sur del Líbano y la franja de Gaza. Paralelamente, el programa nuclear iraní sigue siendo motivo de preocupación para las potencias occidentales, a pesar de los esfuerzos diplomáticos en el marco del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), del cual Estados Unidos se retiró en 2018.
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Netanyahu reiteró que Israel no permitirá que Irán adquiera capacidad nuclear con fines militares, e insistió en que la única vía para evitarlo es mediante la acción directa y constante.
También sostuvo que la comunidad internacional, en particular los países occidentales, debe comprender que las intenciones del Gobierno iraní van más allá de las fronteras de su territorio, y que su política exterior busca, a su juicio, proyectar poder mediante el respaldo a actores armados no estatales.
Hasta el momento, Teherán no ha respondido oficialmente a las declaraciones de Netanyahu. No obstante, en pronunciamientos anteriores, el Gobierno iraní ha calificado las amenazas del Ejecutivo israelí como parte de una estrategia de provocación destinada a justificar acciones militares unilaterales.
En el plano diplomático, voceros del Departamento de Estado de Estados Unidos no se han referido directamente a la afirmación sobre el presunto veto de Trump a una operación contra el líder supremo iraní.
Sin embargo, la postura oficial de Washington, tanto en la administración anterior como en la actual, ha sido la de evitar una escalada que involucre directamente a los altos mandos del régimen iraní, priorizando medidas económicas, sanciones y mecanismos de disuasión.
Analistas en seguridad internacional han advertido que cualquier intento de asesinar a Jameneí o a otros altos dirigentes iraníes tendría consecuencias impredecibles y podría desencadenar represalias generalizadas por parte de las fuerzas armadas de Irán o de sus aliados en la región.
También han señalado que la afirmación de Netanyahu podría tener fines políticos internos, en momentos en que su Gobierno enfrenta presiones tanto desde sectores conservadores como desde movimientos ciudadanos que cuestionan el manejo de la seguridad nacional.
En medio de un escenario de múltiples tensiones y con escasa interlocución directa entre las partes, el equilibrio regional continúa dependiendo de decisiones estratégicas tomadas en contextos de alta incertidumbre.
Las palabras del primer ministro israelí reafirman una línea de acción que, en los últimos años, ha sido consistente: impedir a toda costa que Irán avance en su capacidad nuclear, incluso si para ello se requiere intensificar las operaciones encubiertas o recurrir a acciones unilaterales.
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