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Hernán Giraldo había seguido abusando de menores de edad estando en la cárcel
Según información revelada por El Espectador, el exparamilitar Hernán Giraldo siguió abusando niñas mientras estaba en la cárcel.
Esto se conoció tras la historia de una de las víctimas del excomandante del bloque Resistencia Tayrona mientras este se encontraba privado de la libertad. Cabe recordar que Giraldo llegó a comandar 1.200 paramilitares y estuvo operando entre la Sierra Nevada de Santa Marta y el departamento de Magdalena.
Dentro de los delitos que se le atribuyen hay casos de desaparición y desplazamiento forzado, reclutamiento ilícito, homicidios y violencia contra pueblos indígenas; sin embargo, el caso más conocido fue la violación sexual de niñas y adolescentes, especialmente de vírgenes.
Por su parte, el periódico El Tiempo entrevistó a Norma Vera Salazar, experta en derechos humanos y en Derecho Internacional Humanitario, y dio a conocer las características comunes de las mujeres que Giraldo había violado.
“Hernán Giraldo tenía una predilección por las mujeres blancas, menores de edad, de caderas anchas y voluptuosas. Nosotras encontramos que Giraldo creía que mientras más ancha la cadera de la mujer, más posibilidades tenía de tener hijos más saludables. Además, eran niñas de entornos muy pobres, hijas de campesinos semianalfabetas o analfabetas que no tenían la capacidad para denunciar ni oponer resistencia”.
Además, en la investigación donde Salazar recopiló las voces de las víctimas y documentó las violaciones sexuales de niñas por parte del paramilitar durante 20 años, contó que se incluyó el testimonio de una niña que en 2008, habría sido ingresada a la cárcel para ser abusada por Hernán Giraldo. “Ya se había sometido a Justicia y Paz. El ‘Taladro’ la violó tres veces mientras estaba en la cárcel”, agregó.
Según el testimonio recogido por Salazar, la menor de edad, cuyo nombre se reservó para cuidar su identidad, se encontraba trabajando como empleada de servicios para una empleada de Giraldo y fue allí donde se conoció que “la señora me empieza a decir que Giraldo me mandaba saludos y recuerdo que le dije que no me interesaban para nada sus saludos ni nada relacionado con él. A los pocos días, cuando siguió insistiendo y yo le volví a decir que no me interesaba, la señora me dijo ‘igual no puedes hacer nada, si te digo que vamos es porque vamos a ir. Además, allá afuera nos están vigilando y podría pasar algo’”.
Por las amenazas y el miedo de que le pasara algo a su familia, no le quedó más remedio que aceptar e ir a la cárcel. Desde la primera vez que fue le tocó ir dos veces más. Las violaciones terminaron cuando extraditaron al exjefe paramilitar a Estados Unidos y su jefe había desaparecido como consecuencia de la decisión de que Giraldo pagara una pena en ese país por narcotráfico.
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