Presidente Petro rechaza afirmaciones de la Asociación de Minería sobre crecimiento en la demanda de carbón

El presidente Gustavo Petro, expresó su desacuerdo con las afirmaciones emitidas por la Asociación Colombiana de Minería (ACM), organización que había señalado un presunto incremento sostenido en la demanda global de carbón.

Según la posición del mandatario, ese comportamiento del mercado no refleja un alza significativa, sino un leve aumento del 0,8 %, cifra que, a su juicio, no respalda la tesis de crecimiento en el consumo de este recurso energético.

Petro añadió que, en lugar de aumentar, la demanda global de carbón presentará una tendencia a la baja, debido a los cambios estructurales que atraviesa el sector energético en diversos países.

La respuesta del presidente surgió tras las declaraciones entregadas por el presidente de la ACM, Juan Camilo Nariño, quien había advertido sobre una pérdida progresiva de la competitividad del carbón colombiano en los mercados internacionales.

Nariño argumentó que dicha situación obedece a varios factores acumulativos, entre ellos los elevados costos logísticos, los desafíos en materia de seguridad y un entorno tributario que, según la gremial, se ha tornado desfavorable para las empresas dedicadas a la explotación de minerales.

En un comunicado oficial divulgado por la Asociación Colombiana de Minería, se instó al Gobierno Nacional a revisar el esquema de cargas impositivas aplicables al sector, así como a implementar medidas orientadas a la disminución de costos relacionados con la infraestructura y el transporte.

La organización empresarial agregó que la industria minera requiere de una política clara y definida que regule su funcionamiento, proporcione estabilidad jurídica y garantice condiciones propicias para atraer inversión nacional y extranjera.

El documento también subrayó la ausencia de una política pública eficaz que promueva la competitividad del sector extractivo, especialmente en lo relacionado con la producción y comercialización de carbón.

Según la entidad, se hace necesaria una postura gubernamental que reconozca el valor estratégico de este mineral en la economía nacional y global.

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En ese sentido, se solicitó el diseño e implementación de una política que facilite la atracción de capital, reduzca obstáculos logísticos y tributarios, y refuerce tanto la seguridad en las zonas de operación como los espacios de interlocución con las comunidades ubicadas en las áreas de influencia de los proyectos mineros.

El pronunciamiento de la Asociación se sustenta, en parte, en los reportes recientes de la Agencia Internacional de Energía, los cuales evidencian un crecimiento en la demanda mundial de carbón, particularmente en el continente asiático.

Según dicho organismo, el mercado asiático continúa representando una porción significativa del consumo global, y Colombia desempeña un papel importante como proveedor en ese contexto.

Por esa razón, la ACM sostiene que el país debe adoptar medidas encaminadas a mantener y consolidar su presencia en esos mercados, dado que cualquier debilitamiento de su posición comercial podría derivar en consecuencias económicas negativas.

El presidente Petro, no obstante, se mostró escéptico frente a ese diagnóstico. En sus declaraciones, recordó que la actividad minera basada en recursos no renovables, como el carbón, tiende a enfrentar mayores costos con el paso del tiempo, en parte por las exigencias ambientales y sociales que condicionan su ejecución.

A juicio del mandatario, esa realidad obliga a transitar hacia un modelo económico distinto, con menor dependencia de fuentes energéticas tradicionales y un mayor énfasis en alternativas sostenibles.

Comunicado

Colombia no ha contado con una política clara que incremente la competitividad de la industria minera. Ahora, cuando el sector enfrenta mayores costos logísticos y precios internacionales más bajos, la necesidad de esta política es aún más urgente.

Una política integral de competitividad minera, debería contemplar una estrategia fiscal que revise las recientes cargas tributarias, como el nuevo impuesto a las exportaciones, analice y busque reducir los costos logísticos, promueva un diálogo continuo con las comunidades y atienda de manera efectiva los desafíos de seguridad y control territorial.

"El principal problema es que Colombia carece de una política pública que respalde de manera real la competitividad del sector minero. El Gobierno Nacional, debe reconocer el valor estratégico del carbón y actuar consecuentemente, fomentando una política que incentive la inversión, reduzca las barreras logísticas y tributarias, y fortalezca la seguridad y el diálogo con las comunidades", afirmó Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería.

El sector enfrenta grandes desafíos logísticos, especialmente relacionados con los altos costos de fletes marítimos hacia los mercados asiáticos, según la más reciente publicación de Platss - S&P Global en su Coal Trader International, el flete al Noreste de Asia es 72% superior en comparación con el del Noroeste de Europa.

A su vez, estos mercados asiáticos cuentan con precios menores en comparación con los de Europa, lo que reduce aún más los márgenes operativos del mineral.

A esto se le deben sumar condiciones locales y de seguridad que desencadenan en bloqueos y afectan directamente las finanzas de las operaciones mineras, encareciendo su producción, sin que ello se refleje en los precios internacionales de venta de carbón.

Según la Agencia Internacional de Energía, la demanda global de carbón continúa en ascenso. En 2024, el consumo alcanzó un máximo histórico de 8.771 millones de toneladas y se proyecta que siga aumentando, llegando a 8.873 millones de toneladas en 2027.

Este crecimiento se concentra principalmente en los mercados asiáticos, donde Colombia tiene una participación significativa que debe proteger y fortalecer, para no perder espacio en este mercado.

"La discusión, debe centrarse en como la minería gana competitividad y cómo las decisiones del Gobierno afectan estructuralmente al sector. Ante esta coyuntura, se requiere de un trabajo conjunto entre el gobierno nacional y la industria, para lograr que en el corto plazo se generen políticas públicas que promuevan la competitividad y que impulsen al sector como lo que realmente es: un motor clave para el desarrollo regional y para la estabilidad económica del país", concluyó Nariño.

Durante los últimos cinco años, la industria del carbón, ha aportado cerca de 40 billones de pesos al país en impuestos y regalías, generando más de 50.000 empleos directos y 250.000 indirectos. Además, moviliza más de 8 billones de pesos anuales en compras de bienes y servicios locales, contribuyendo significativamente al desarrollo regional, señaló la entidad.

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